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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Siempre he creído que los espacios los hacen las personas que los dirigen. Algunos ejemplos en Lima: AECID, con Teresa Velásquez y Ricardo Ramón como directores; el Museo Pedro de Osma, con Pedro Pablo Alayza; el Centro Cultural de San Marcos, con Gustavo Buntinx etc.

Ciertamente, la verdadera capacidad de un gestor cultural es asumir riesgos y librar batallas. Al escribir sobre esto, no dejo de pensar en el cambio de Banco Central de Reserva del Perú a Museo Central-MUCEN.

Además de razones de posicionamiento y marketing, este cambio –planteado por la directora Ulla Holmquist– evidencia reinvención, diálogo y modernización. Soy lejano a esa idea del museo como lugar sacro, con iluminación dramática, política y sexualmente correcto, donde una exposición sea el único atractivo y lleno de prohibiciones. Por lo contrario, valoro los museos que son espacios profanos, donde multitudes de escolares circulan vigorosamente y donde se respira libertad. El MUCEN se está convirtiendo en un espacio vivo.

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