Museo de Grabado del ICPNA. Está en La Molina.

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Museo de Grabado del ICPNA. Está en La Molina. FOTOS JUAN PONCE VALENZUELA

Hay quienes sitúan al entre las artes, injustamente, menos reconocidas. Tal vez porque se pueden producir varias copias con una matriz (o sello) o porque su acabado toma cierta distancia de la pintura o la escultura. Pero el grabado es rico en texturas y sombras, exhibe su belleza al plasmar, por ejemplo, las olas del mar o la perspectiva de una escena. Y cada copia realizada no es igual a la anterior.

Lamentablemente, esta expresión carece de espacios. Por eso el Icpna ha inaugurado, recientemente, el Museo de Grabado, un pequeño santuario donde lo mejor de este arte está bien resguardado y disponible para el público.

La primera parte del lugar narra en módulos la historia del grabado y cómo apareció en el Perú. Se cuenta que en 1548 llegó la primera imprenta a la capital del virreinato, siendo el italiano Antonio Ricardo quien la instalaría. Se explica que el grabado fue utilizado para crear estampas religiosas, mapas, revistas e, incluso, reproducir fotografías en libros o ilustrar manuales de anatomía. Además, explora la obra de José Sabogal, uno de los representantes más importantes de la xilografía (tallado en base de madera).

El gran maestro. José Sabogal exploró constantemente la técnica de la xilografía.

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El gran maestro. José Sabogal exploró constantemente la técnica de la xilografía. FOTOS JUAN PONCE VALENZUELA

TALLER E INVESTIGACIÓN

El museo también tiene un taller donde diversos artistas podrán trabajar y los visitantes entender el arte y conversar con sus creadores. Otro espacio es el de investigación, donde académicos podrán acceder a colecciones y libros

Cuando nos paramos frente a un grabado no solo estamos ante la posibilidad del goce estético, sino también del conocimiento.

Museo de Grabado del ICPNA. 

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Museo de Grabado del ICPNA. FOTOS JUAN PONCE VALENZUELA

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