“El tema es que la violencia es perenne, no para. Y lo más triste es que si somos la especie pensante, todavía no hemos sabido sobreponernos a eso”. (Foto: Archivo Personal)
“El tema es que la violencia es perenne, no para. Y lo más triste es que si somos la especie pensante, todavía no hemos sabido sobreponernos a eso”. (Foto: Archivo Personal)

A los 36 años Alvaro La Rosa Talleri dejó su limeña oficina de arquitectura y su vivienda en la avenida Arequipa para llevar estudios de posgrado en Madrid. Lo hizo a inicios de los ochentas, en medio de la turbulenta época de Sendero Luminoso. Fue una oportunidad de mejora, recuerda. Una vez allá, al encontrarse en medio de una movida cultural muy intensa, se reactivaron sus inquietudes artísticas, las mismas que lo llevan ahora a ser uno de los dos expositores peruanos de la muestra Pasado & Presente en Huelva para conmemorar el .

¿En qué año parte del Perú?

En 1982 me entero de una beca en España de la Fundación Rafael Leoz, quien fue un arquitecto madrileño. Me interesó mucho y me la dieron. Vine a España en setiembre y a las semanas salió elegido Felipe González como presidente. Yo estaba viviendo en Madrid y me sorprendió el gran entusiasmo que hubo por esas elecciones, se daba el paso a la democracia. Perú en ese momento estaba, con Sendero Luminoso, en una situación muy mala. Hubo una oportunidad de vivencia diferente. Las condiciones de la beca no me permitían trabajar, pero curiosamente el arte está –por decirlo así– al margen de la ley. Con las ganas que tenía guardadas de pintar, hacer escultura, afloró este entusiasmo. Fue así que me puse a pintar y a tener exposiciones. Se me abrió un nuevo camino.

¿El gusto por el arte nace en Perú o fue una necesidad en España?

Desde niño me gustaba mucho dibujar y luego cuando entré a la Facultad de Arquitectura tenía muy buenas notas en dibujo y en diseño. Al final de la carrera tuvimos cursos electivos. Yo escogí pintura. Fernando de Szyszlo fue mi profesor. Tuvimos escultura, fotografía, metales, grabado también. Hice un repertorio de una serie de disciplinas artísticas.

¿Y ya en España?

Es interesante porque en Madrid había un montón de museos, una vida cultural muy intensa. Y ahí vi, por ejemplo, pintores geómetras... Me interesó mucho. Dije bueno, con la geometría también se puede hacer arte, no hace falta hacer la cara de una persona, un paisaje, ¿me explico? Ahí tomé la idea de trabajar la geometría como una forma de mostrar lo que pienso y lo que siento, no lo que veo. Porque nuestra percepción está dirigida en dos vertientes: la razón y la emoción. Ese principio es el que yo estoy aplicando en la mayoría de los trabajos. La razón en la forma (el mundo está totalmente lleno de geometría, pero no está a veces tan evidente, yo lo hago evidente para demostrar la razón), y el color viene a ser la emoción. Esa sería la síntesis de este temperamento.

¿Su obra es ya una combinación de Perú y España?

Sí, hay mucho de Perú. El ancestro peruano tiene una estética formidable, es impresionante. En Facebook constantemente estoy poniendo datos de nuestras ruinas, de los trabajos en piedra, metal, cerámica, que es extraordinario. Eso a mí me emociona muchísimo y me atrae. Y la parte europea también me ha abierto las luces, he visto que había un camino que no conocía prácticamente, que es el arte del constructivismo y la geometría en las artes plásticas. Eso me ha ayudado muchísimo a abrirme este camino.

Hace mucho que salió de Perú, pero cuando vemos sus obras pareciese que todavía se quedó aquí, como extrañando...

Por supuesto. Soy un ferviente divulgador de todo lo que tiene el Perú y todo lo que tiene que todavía no conocemos, porque también es enorme. Y hasta cierto punto también me sirve de denuncia. Hay un cuadro, por ejemplo, que se llama “El Cuarto del Rescate”, que es un cuadro en donde hay una atmósfera pétrea como en el Cusco, hay tres cuadrados, uno dorado, dos plateados; el sol arriba y un personaje que está en uno de ellos levantando la mano. Es Atahualpa. Y al pie del cuadro denuncio a Pizarro por mentir, robar y matar. Eso en España es difícil de que me lo acepten, la mayoría siempre tienden a defender sus orígenes; lamentablemente, ahora mismo con México que también hay una situación tensa porque el presidente pide a España que pida perdón por la conquista. Yo no soy amigo de pedir perdón, lo que sí me gustaría es que se reconocieran los errores.

¿Cuántas obras presenta en Pasado & Presente en Huelva?

He llevado diez obras y he intentado hacer más o menos como algo cronológico. Es el Bicentenario y me interesaba dar diez apuntes sobre el Perú. La primera obra que muestro es una que se llama “Mural Perú” y es como si hiciésemos un corte transversal del Perú y vamos desde el Océano Pacífico hasta el Amazonas, recorriendo también el tiempo porque empieza en el día, con el sol (Inti), hasta la noche, con la luna (Quilla). Es un espectro general para dar a conocer lo que es el Perú. Luego tenemos la segunda obra, que es “Manto Paracas”, después hay otro tema que es muy importante que son los “Tokapus”. Como ves, estoy avanzando, de decir al público español qué es el Perú. De comenzar desde Paracas ahora vamos a los Incas, después viene la época de Pizarro y, justamente, el “Mural Mestizaje”.

Hay un cuadro suyo en la muestra, “Geopolítica”, de 1985, que es justamente la década que usted sale del país. Pareciera que las crisis en el Perú no se terminan.

Ni en el Perú ni en ninguna parte. En Inglaterra acaban de matar a cuchillazos a un parlamentario. Y en la parte musulmana han volado una mezquita con 150 personas. El tema es que la violencia es perenne, no para. Y lo más triste es que si somos la especie pensante, todavía no hemos sabido sobreponernos a eso, a la violencia. Por el contrario, la hemos incrementado. El mundo está tensionado por todos los intereses geopolíticos que hay. Y eso es constante. Como dices, sí, fue en 1985 que hice el cuadro y sigue vigente, porque hoy mismo en Perú tenemos el problema político que es otra tensión tremenda. Lamentablemente no logramos encontrar el camino de permanencia, de tranquilidad, ecuanimidad. Es una constante lucha de poder, de intereses, es bien complicado.

AUTOFICHA

  • “Soy Alvaro La Rosa Talleri, tengo 75 años. Nací en Lima. Me gradué en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes de la UNI. En 1982 dejé mi estudio, mis trabajos, para viajar a Madrid por la beca de postgrado de Arquitectura de la Fundación Rafael Leoz. Al año siguiente obtuve otra beca por dos años en Urbanismo en el IEAL”.
  • “En 1983 recibí el primer premio en Pintura y el segundo en Fotografía en el Colegio Guadalupe. He expuesto en diversas ciudades de España y también en Bulgaria, Chile y Perú. En 1991 me trasladé a Jerez de la Frontera y durante más de una década trabajé como arquitecto en tasaciones inmobiliarias”.
  • “Ahora, con el pintor peruano Adolfo Asmat Chirinos-Zavala, conmemoramos el Bicentenario con una exposición en el Puerto de Huelva, gracias al auspicio del Otoño Cultural Iberoamericano”.

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