, líder indiscutible del Sporting Cristal, creció en Chorrillos, mi barrio. Por las calles que transito, él jugaba pelota y soñaba con llegar a un equipo grande. Un día lo vio el profesor Alberto Gallardo y lo invitó a Sporting Cristal. El ‘Chorri’ se pondría la camiseta celeste para siempre. “Cristal es mi segunda casa. Una casa que me brindó protección de la mejor forma y siempre se dedicó a preocuparse de lo que yo vivía día a día”, comenta. Y vistió la camiseta bicolor.

Luego de nuestro paso por Rusia, el jugador reflexiona sobre una imagen que lo impactó: Perú fue local en ese país tan lejano. Los hinchas hicieron sentir que los estadios eran peruanos. Era el orgullo, el reconocimiento sincero a un esfuerzo y trabajo que al fin daba resultados. Desde la tribuna, el ‘Chorri’ volvió a soñar: sí, se imaginó jugando, con la blanquirroja en el pecho. Arañó la gloria.

Yo llegué a la selección por mi esfuerzo y al Cristal por mi talento. Lo que uno logra es a partir de lo que se hace en la cancha. Me ayudó muchísimo vestir la camiseta del Cristal porque me la gané, nadie me regaló nada. Pude llenar los ojos de los entrenadores de la selección y alcancé a cumplir un sueño que tenía desde pequeño cuando veía a mi selección, por ejemplo, en España 82: yo soñaba con representar a mi país.

Pasaron 36 años para volver a un Mundial. Esto fue por no trabajar con mucha seriedad. No se pensó en trabajar con miras a que el fútbol peruano crezca. Los directivos solo pensaban en sí mismos. No apareció un directivo que dijera: “Acá se va a trabajar de esta manera, con la seriedad del caso, vamos a traer entrenadores que nos permitan crecer como personas y deportistas”. Se conformaron con poco. Creo que al final no les interesaba clasificar. Eso era malo porque si la cabeza no pensaba en grande, los demás no lo iban a tomar con seriedad.

Esta desidia afectaba. Perdías y no pasaba nada. Eso era algo que me molestaba mucho, a nadie le gusta perder, pero para no perder tienes que hacer muchas cosas fuera de la cancha y adentro también. Por eso, no nos fue bien, porque eran muy conformistas y eso es lo que ha cambiado en este grupo que tuvo lugar en la clasificación.

Hoy, la mayoría de jugadores de nuestra selección juega afuera. Tienen una convivencia distinta, un aprendizaje distinto. Han aprendido que si no están bien preparados día a día, pierden el puesto. Y a través de eso, se complican sus contratos y su permanencia en los equipos. Eso ayudó a que los chicos se dieran cuenta de que no hay tiempo para perder. Cuando yo jugaba, había dos o tres jugadores fuera, los demás eran de Lima y no tenían esa convivencia o ese aprendizaje a nivel internacional. En Europa, por ejemplo, te das cuenta de la disciplina que tienen, el nivel y el deseo de triunfar. Allá no esperan que uno esté detrás de ellos pidiendo que entrenen y se cuiden. Ellos saben lo que se necesita para poder triunfar.

No tuve el privilegio de jugar un Mundial, pero me esforcé y no se pudo. Sentí una envidia sana en Rusia. Me sentí contento de ver a mi selección. El Perú encontró una alegría a través del fútbol después de 36 años. Yo me sentí parte de esa hinchada que sufre y que esperaba ver a la selección en un Mundial. Además, tenía compañeros allí, muchachos que estuve aconsejando y guiando. Es un premio de Dios a los peruanos.

He estado cerca de Luis Advíncula, de Yoshimar Yotún, del propio Jefferson Farfán cuando llegó por primera vez a la selección, de Paolo Guerrero. Como a ellos, conozco a muchos. No habrán entrenado conmigo, pero los conozco, como a André Carrillo, que entró a mi academia desde muy chiquillo.

El hincha soñó con pasar la primera fase. Es normal. Por mi parte, yo estoy contento por esta llegada a Rusia. Lo único que podíamos exigir a los muchachos era que dejen una buena imagen. Y lo lograron. El nivel allá es difícil, es superior a lo que nosotros tenemos.

Me encantaría que mi selección tenga el nivel de Croacia, Bélgica, Inglaterra, el juego práctico, rápido y respetando los movimientos. Sin embargo, todavía estamos en un proceso.

Cuando la FIFA me homenajeó durante el partido con Francia, me sentí muy emocionado. No se imaginan. Me llamaron como leyenda del fútbol peruano a nivel mundial y a través de la FIFA, en un partido tan lindo y con una potencia como lo es Francia. Hasta el día de hoy no lo puedo asimilar. Esto lo quiero compartir con mi familia, mi sostén y mi motivación. Con mis padres, mis hijos, mi esposa y mis nietos.

No te imaginas lo que es estar en ese estadio con esa hinchada tan hermosa que vive fuera del país y que valora lo que es estar lejos de la tierra hermosa.
Los hinchas demostraron en Rusia el amor por la camiseta, el amor por el país. Yo me sentí parte de ellos, de gritar esa frase tan bella de ‘Te amo, Perú’.

Tenemos que cambiar porque el Perú es muy lindo y debemos sentirnos orgullosos. Hoy el fútbol nos hace sacar la cara.

Algo bonito fue encontrarme con hinchas que me pedían que entrara al campo. Claro que yo quería, con todo el alma lo quería. Yo decía que me regalen 20 minutos para poder estar en la cancha.

SABÍA QUE...

* Es considerado el jugador peruano más importante de los noventa, y es ídolo indiscutible del Sporting Cristal. Disputó 199 partidos en primera división y anotó 75 goles.

* Fue campeón nacional en 1991, 1994, 1995 y 1996.

* Se retiró el 25 de mayo de 2012.

* El ex volante de la selección peruana fue invitado por la FIFA durante el partido con Francia en Rusia y fue ovacionado por todos los asistentes en el estadio Ekaterimburgo Arena.