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Redacción PERÚ21

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Guillermo Giacosa,Opina.21ggiacosa@peru21.com

Es una increíble historia de la guerra –en el caso que me tocó ver– de Afganistán, donde las cosas transcurren de manera tan complaciente que cualquier desinformado puede llegar a sentirse frustrado por no haber participado en dicho conflicto. Salvadas las distancias, del medio que las acerca al público y la tecnología, me hacen recordar mucho a las revistas que el Tercer Reich publicaba en Francia durante la ocupación de París. Allí, como en la televisión, todo era agradable y placentero. En cada número solo aparecía la necrológica de algún héroe alemán fallecido, y los elogios que le prodigaban hacían sentir que así valía la pena morir.

En lo mostrado sobre la guerra de Afganistán, todo se parece más a unas vacaciones de aventuras en el desierto que a una conflagración donde –como sabemos– mueren soldados extranjeros de la OTAN y afganos de todas las edades que siempre "están en el lugar equivocado en el momento equivocado". Imagino que el impacto de esta serie sobre los adolescentes y jóvenes estadounidenses debe ser mayúsculo, pues contiene una propuesta de aventura donde el peligro de morir parece solo un componente secundario. Lo demás es camaradería, viajes en avión, patrullas donde nunca pasa nada y la gratificante sensación de estar haciendo algo contra los malos que contaminan el planeta. En suma, un engendro propagandístico que llevará a la muerte a miles de jóvenes de los Estados Unidos y que ensucia las pantallas de la televisión mostrando una imagen absurda, irreal y deformada de los conflictos bélicos.