La voz y la mesa

Guido Lombardi,Opina.21glombardi@peru21.com

Vuelvo, con la confianza que me han brindado los ejecutivos del Grupo RPP, al ejercicio del periodismo televisivo, y lo hago con el mismo entusiasmo con el que me inicié en este oficio hace una tonelada de años.

No sé, en cambio, si podré contar con la credibilidad que me otorgaron siempre los televidentes, en la medida en que –durante el último lustro– tomé partido e intervine de manera activa en la política nacional integrando una bancada del Congreso de la República, sacrificando en algo mi independencia.

Pero no lo lamento: han sido años que me han permitido un conocimiento mucho más profundo del país y que han hecho posible, "estando al otro lado del mostrador", mirar los acontecimientos con una nueva perspectiva y –aunque pueda parecer contradictorio– ganar un espacio de mayor libertad. Se trató, a fin de cuentas, de una experiencia que era una especie de asignatura pendiente y que, para repetir las palabras de un hombre sabio, "me ha hecho libre en un sentido nuevo, y solo los que ya no tienen trabazón con nada están exentos de guardar consideración alguna".

Es por eso que creo poder cumplir con las principales condiciones de todo esfuerzo por comunicar y analizar los hechos que afectan nuestra vida diaria: sinceridad e imparcialidad. Pero eso es algo que ustedes evaluarán con el transcurrir de los días y de las semanas.

En todo caso, como establece el "Compromiso del Grupo RPP", que tuve el honor de firmar en su momento, "nuestro compromiso con el país se basa en sólidos principios, valores y estándares profesionales" que asumo cabal y completamente.

Y lo hago sin arrugas en el alma, sin canas en el corazón y sin papada en el carácter.