Otras voces

Feliz Cucho Aguilar (58)"Sinceramente, pensé que me iba a morir allí. Encerrado en el socavón, cada día aumentaba mi de-sesperación; me enfermé del estómago y tenía fiebre. La manguera que nos comunicaba con el exterior fue nuestra salvación. Pese a todo, no dejaré de trabajar en la minería. A mi edad, nadie me dará otro empleo".

Roger Pariona Fernández (31)"En todo momento nos mantuvimos unidos, hacíamos chistes y bromas para mantenernos de buen ánimo. Nunca me imaginé pasar por una situación como esta por trabajar en la minería informal. Por eso, la voy a dejar y me conseguiré otro empleo. Ha sido la experiencia más horrible".

Carlos Huamaní Galeano (47)"Por mis cuatro hijos, juro que no pisaré otra mina. Todo es oscuro allí abajo y no tienes noción del día o de la noche. Felizmente, teníamos la manguera para que nos enviaran comida. Nosotros la recibíamos en una manga y la repartíamos en nuestros cascos, y solo ahí utilizábamos las pocas baterías que nos quedaban".