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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Por: Fritz Du Bois, La opinión del directorUno revisa esta semana el diario y llegaría a la conclusión de que estamos en un país convulsionado, al borde del caos.

Sin embargo, lejos de esas escenas infernales de llantas quemadas y de chocantes agresividades, están la mayor parte de los peruanos, quienes aspiran a darles a sus hijos una buena educación y a vivir con tranquilidad. Incluso, el mandatario Ollanta Humala no debe olvidar que los extremistas con los que está enfrentado, lo último que quieren es el bienestar, ya que eso les rompe el mercado.

Así que no debería dejar que los paros descarrilen su agenda de trabajo. Por ejemplo, solo en Lima hay una demanda insatisfecha de 400 mil viviendas. Pese al 'boom' inmobiliario de los últimos años, la brecha prácticamente no ha variado, especialmente en los segmentos de ingresos más bajos.

Más aún, está saliendo a la superficie una serie de problemas, muchos de ellos burocráticos, pero sin duda el más dramático es la falta de terrenos, lo que ha llevado a que sus precios se hayan multiplicado por cuatro en solo cinco años. Por lo que para poder cerrar esa brecha, se va a requerir de un programa amplio.Para empezar el principal acaparador de terrenos eriazos es el propio Estado que los reserva para todo tipo de uso, pero que siempre están abandonados. El efectuar subastas obligatorias por parte de las entidades estatales que tengan terrenos no utilizados para que se desarrollen grandes proyectos habitacionales podría asegurar que muchos de estos últimos efectivamente se lleven a cabo.

Mientras que el problema más agudo en las zonas urbanas costeñas es la falta de agua por lo que la desalinización podría ser una solución a través de la concesión. En todo caso, el Gobierno debe evitar por todos los medios el ser secuestrado por la agenda radical y más bien debería darle prioridad a lo que requiere la mayoría de peruanos para quienes–paro o no paro– la vida sigue igual.

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