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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Fritz Du Bois, La opinión del directorComo queriendo recrear la famosa comedia francesa –donde el protagonista tenía todas las manías del funcionario– el gobierno ha decidido aumentar el número de feriados de los que disfrutarán los empleados del Estado.

Pero, como desde hace años se viene promoviendo –correctamente– el desarrollo del turismo caro, uno se pregunta si van a terminar también otorgando un aguinaldo para que los trabajadores públicos puedan vacacionar. Lo cual es absurdo, pero no sería ninguna sorpresa ya que da la impresión que estas medidas las toman sin pensar.

En realidad, lo que en algún momento fueron excepciones para generar el ocasional fin de semana largo se está yendo completamente de las manos. Con ocho feriados 'burocráticos' sumados a los 12 que ya comparten con el resto de peruanos y al mes completo que tienen de vacaciones, los empleados estatales estarán prácticamente dos meses parados. Capaz habría que analizar cuántos de ellos son realmente necesarios ya que a su empleador no parece afectarle el que no estén trabajando.

Incluso, se podría repetir el esquema policial del 1 × 1 pero a nivel anual. Es decir cada trabajador público trabaja un año y luego al siguiente descansa en su totalidad. Es seguro que se generarían ahorros importantes –luz, teléfono, papel, escritorios, asientos– y es difícil imaginar que la productividad estatal pueda caer aún más. Así que el ciudadano, que con sus impuestos les paga los salarios, seguiría recibiendo un pésimo servicio del Estado pero, al menos, tendrá acceso a él durante todos los días del año.

Lamentablemente en un país tan burocrático como el nuestro es poco lo que se puede hacer sin tener que pasar por alguna entidad del Estado, por lo que cuando este no opera, el país está semiparalizado. Así que los feriados que han decretado –pese a que el sector turismo está encantado– son una carga para el resto de peruanos.