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Redacción PERÚ21

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Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

Fueron más de dos años desperdiciados que le dieron una tregua a ese movimiento terrorista, permitiéndole armarse y desarrollarse.

Ahora estamos frente a una historia similar, como si hubiéramos viajado de vuelta al pasado. Hace un par de años, el Movadef era un grupito al que nadie le hacía caso. Hoy ya están presentes en las universidades, en los frentes regionales, en los sindicatos y marchando en los consulados. Sin embargo, el premier quiere tapar el sol con un dedo insistiendo en que solo son un grupo pequeño.

Igual ocurre con Sendero en el VRAEM. Cuando sorprendieron a todos secuestrando a 60 trabajadores de Camisea, se dijo que eran unos "harapientos y hambrientos" que en cualquier momento serían apresados. Hoy se han fortalecido, cada vez son más avezados y tienen amenazado el gasoducto del cual depende el 40% de la energía eléctrica que consumen los peruanos.

Por ello, Sendero ya dejó de ser únicamente un mal recuerdo y es evidente que ha retornado. Incluso, los tenemos casi todos los días en las portadas de los diarios. No es sorpresa, por lo tanto, que el 53% de los encuestados considere que el terrorismo se ha incrementado desde que Humala inició su mandato.

Más aún, ese temor ya está vulnerando la principal fortaleza del Gobierno, que es el entusiasmo de la población por el crecimiento económico del que está disfrutando. La fuerte caída en las expectativas en un mes en el cual las malas noticias estuvieron vinculadas a Sendero, la destrucción de helicópteros y el escándalo de Nicolás Lynch confirman que Humala está arriesgando su principal activo al no tomar acción y quedarse paralizado.