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Redacción PERÚ21

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Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

Así tenemos que Ollanta Humala declaró, solo el jueves pasado, que a Sendero se le había dado un golpe mortal, que sus remanentes estaban desmantelados y derrotados.

Sin embargo, ayer en un golpe muy publicitado tomaron campamentos del gasoducto y 30 trabajadores fueron secuestrados, recordándonos que aún están vivitos y coleando.

En realidad, durante 15 años sucesivos gobiernos se compraron su propio triunfalismo acerca de la derrota de Sendero y no le dieron mayor importancia a los remanentes terroristas que se consolidaron como una 'firma' del narcotráfico. De esa forma han desarrollado en el VRAE amplia capacidad, limitando a los militares a permanecer dentro de sus bases donde sufren constantes ataques e, incluso, cuando salen son emboscados.

Más aun, hace un par de años se anunció que el presupuesto de armamento sería destinado al frente interno adquiriendo helicópteros para un ataque frontal contra Sendero. Pero se perdió el entusiasmo y se regresó a gastar los escasos recursos con los que contamos comprando tanques chinos innecesarios o potenciando MIGs, generando escándalos.

Por otro lado, también se ofreció que al VRAE solo irían comandos experimentados, pero cuando hay incidentes, las bajas de reclutas son reportadas. Todo lo cual nos indicaría que para la Fuerza Armada no es una prioridad combatir a Sendero y, de una vez por todas, terminarlo.

De esa manera los institutos armados nos están mostrando junto al triunfalismo otro defecto usual del Estado peruano, que es el trabajo hecho a medias, con desgano, y que nunca es satisfactoriamente terminado. Solo queda esperar que la formación militar de Humala lo lleve a ordenar a los altos mandos a que cumplan con su trabajo y que Sendero sea liquidado.