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Redacción PERÚ21

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Guillermo Giacosa,Opina.21ggiacosa@peru21.com

El presidente chileno Sebastián Piñera no solo tiene un nivel de aprobación bajísimo, sino que lo merece. Para coronar su enfrentamiento con los estudiantes –con otro desacierto de proyección internacional– decidió junto a su círculo más íntimo que, en los libros de historia, el periodo pinochetista no sea denominado "dictadura militar", como corresponde, sino simplemente "gobierno militar".

Luego de semejante striptease ideológico, se vio ridículamente desnudo frente al espejo de la historia y decidió anular su decisión. Esa expresión, destinada a ocultar la realidad, pretendía ser la que figurase en los libros de texto destinados a los niños de educación primaria. La modificación fue aprobada por el Consejo Nacional de Educación de Chile y, más allá de las razones argüidas, la intención era ocultar la realidad. El eufemismo, que hace recordar a las expresiones "daños colaterales" o "muerte por fuego amigo" que usan los gringos en sus guerras, apareció en un grave momento de las relaciones entre el Gobierno y los estudiantes.

¿Era una provocación o, simplemente, miopía propia de empresarios y tecnócratas metidos a hacer política? El exsenador Ávila se burló diciendo: "Nuevo cambio a los textos de historia. Ahora, en vez de 'régimen militar', que sonaba muy duro, se leerá 'gobierno de orden'". Una diputada de derecha dijo: "Completamente en desacuerdo con cambios del Ministerio de Educación. Para avanzar, debemos reconocer lo errado. No debe haber duda de que en Chile hubo dictadura". En el Congreso, la derecha se mostró dividida entre los partidarios de Pinochet y los que se alejaron del dictador.