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Redacción PERÚ21

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Enrique Castillo,Opina.21ecastillo@peru21.com

Ollanta Humala va a cumplir un año en el poder y, lamentablemente, hay que decirlo, no se ha avanzado en lo que a verdaderas reformas se refiere. La tarea del Gobierno ha estado orientada a resolver el día a día, y los objetivos planteados a lo largo de estos once meses han sido consecuencia de los conflictos y de los problemas que se ha ido encontrando en el camino.

Conga condicionó al Gobierno e hizo que este pusiera de inmediato toda su atención en Cajamarca, anunciando que llevaría miles de millones a esa región. El interés por Espinar nace de los problemas planteados desde esa provincia, y la elaboración del Plan VRAEM es consecuencia de las acciones delincuenciales de 'Gabriel'.

Los cambios planteados en el sector minero, con avances y retrocesos, se derivan de Conga y de Espinar. Las acciones para la ejecución del Gasoducto del Sur se apuraron por la anunciada crisis energética. ¿Acaso la creación del Registro de Deudores de Reparaciones Civiles está dentro del marco de un Plan Nacional Anticorrupción? La reforma del Estado, la militar-policial, la de remuneraciones en el Estado, y otras más, no llegan. En cambio, casi se ha desmontando lo avanzado en Educación, en Salud no hay nada, y en materia de seguridad la realidad es lamentable.

El Gobierno realiza esfuerzos aislados para paliar sus crisis y para hacerle ver a sus electores que cumple con sus promesas. Pero con Cuna Más, Pensión 65, Beca 18 o cambiándole de nombre al Pronaa no vamos a cambiar el país para ponerlo en el umbral del desarrollo.