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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Guillermo Giacosa,Opina.21ggiacosa@peru21.com

¿Es sano este canto coral donde, con matices que siempre evitan la discusión de fondo, todos dicen lo mismo? ¿Es lógico que en medio de una crisis histórica de las ideas oficialmente patrocinadas queden fuera de la discusión quienes pueden aportar una mirada diferente?

Si todo esto que acabo de mencionar ocurre en un país de los decretados estados parias, se llama totalitarismo; entre nosotros se llama "libertad de expresión". La única diferencia estriba en que, en el primer caso, los medios expresan la opinión del Estado, y en el segundo, defienden los intereses de los grupos de poder económico. En ambos casos hay un sector de la población privado de su derecho a la palabra. ¿No es, acaso, la democracia el libre juego de las ideas? ¿No es esa, además, la fórmula ideal para buscar el equilibrio y contribuir a que la población desarrolle conciencia crítica y compromiso social? Asistimos a una imposición totalitaria del pensamiento hegemónico maquillado por coloridas técnicas de marketing y una repetición que lleva a la ilusión de estar del lado de la libertad y la razón, y a recitar mecánicamente aquello con lo que han sido bombardeados. Pareciera que en España, Italia, Grecia, Irlanda, Portugal, etcétera, no pasa nada que merezca una explicación que roce la mecánica del sistema. Así como tampoco merece explicación que la supervivencia del modelo precise de invasiones militares, amenazas, golpes de Estado, guerras, cárceles y torturas.