Foto: Rochi León.
Foto: Rochi León.

Redacción PERÚ21

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Nicolás Schreier,DeportistaAutor: Gonzalo Pajaresgpajares@peru21.com

Nicolás Schreier es uno de los deportistas más importantes que tenemos. Gracias a su esfuerzo –y al apoyo de Herbalife y de Jeep–, es tetracampeón mundial de windsurf, en la especialidad de Fórmula Experience. Acaba de obtener este título en las difíciles playas de Cancún. Su meta: conseguir el pentacampeonato y, luego, competir en otras categorías. Es, por lo pronto, cuatro veces grande.

Eres un limeño de origen alemán, pero creciste en Guatemala. ¿Cómo te ha forjado esta diversidad cultural?Soy bastante criollo –me encantan la música, la comida, los caballos de paso; soy muy alegre–, me siento bastante peruano y estoy orgulloso de serlo. Cada vez que escucho la palabra 'Perú', vibro. Por ejemplo, en el aeropuerto de México, cuando regresaba después de ganar el título mundial, vi un aviso que promocionaba al Perú, no sabes cómo me emocioné. Por el lado alemán me viene lo disciplinado, ordenado, meticuloso y el cumplir siempre mis objetivos. Y de Guatemala tengo el recuerdo pues pasé toda mi infancia allí, situación que también agradezco porque siempre jugué en el jardín, en la tierra, en la calle… No fui un niño pegado a la tecnología.

¿Quién ganó el título mundial: tú o el Perú?El título lo ganó Perú, no yo. Yo me fui a México a representar a mi país, y lo conseguí gracias al apoyo que desde aquí me dan. En la lista figuran todos los peruanos, mis padres, mis auspiciadores (Herbalife, Jeep). Por eso, las tres semanas que pasé en México siempre me sentí acompañado.

¿Pasaste Navidad allá?Sí, pero no estaba solo: la selección estaba integrada por 12 deportistas y nos acompañaron algunas otras personas más. A través de ellos sentí que me apoyaba todo el Perú.

¿Te cuesta hacer sacrificios como pasar Navidad lejos de tu familia?Es la primera Navidad que paso lejos de mi familia. Fue una experiencia nueva y, de hecho, la sensación fue distinta a pasarlo en casa, pero era un sacrificio que había que hacer. Tenía que estar allá en los días previos al campeonato para conocer la zona de competencia y a mis rivales. Era la primera vez que iba a Cancún, unas playas con mucha corriente marina y con vientos cambiantes y de diversa intensidad, situaciones que no son comunes en nuestra costa. Todo esto me puso nervioso y, por eso, no empecé muy bien la competencia.

Pero ganaste siete de los doce circuitos…Siempre estuve entre los cinco primeros. Los primeros días hubo vientos suaves, condición que no es a la que más me acomodo, pero remonté posiciones y, al final, gané, también ayudado por el viento que durante los últimos días se hizo más fuerte. Compito en Fórmula Experiencie, que es una prueba de velocidad donde corremos una especie de circuito hecho con boyas. El windsurf es un deporte mixto (compiten hombres y mujeres) y no hay edad límite: participan jóvenes de 20 y adultos de más de 40.

Eres cuatro veces campeón mundial. ¿Cuál es tu siguiente objetivo?Quiero seguir creciendo. El windsurf tiene varias modalidades: quiero probar otras pero, como el siguiente campeonato mundial será en el Perú, no hay excusa para no participar, para no volver a ser campeón. Además, lo que me gusta de este deporte es que vivo en un ambiente de amigos y siento que estamos creciendo: mi tarea es motivar a otros para que lo practiquen, lo conozcan y lo disfruten. Yo pertenezco al Club Regatas, pero la Asociación Peruana de Windsurf tiene su propia escuela, donde muchos tienen la posibilidad de aprender este deporte. El windsurf es una disciplina cara, pero esta escuela brinda algunas facilidades.

Tenemos un mar privilegiado para los deportes acuáticos…Sí, todo nuestro litoral es maravilloso porque podemos practicar todos los deportes todos los meses del año: cuando no hay viento en la Costa Verde, uno puede irse a Ancón, a Paracas, al Norte (Lobitos y Pacasmayo son los mejores lugares para hacer pruebas de velocidad). Además, tenemos una gran cantera en deportes de vela, como los campeones de Optimist.

¿De quién te viene tu amor por el mar?De mi familia. En Guatemala estábamos siempre en la playa y, cuando regresamos al Perú, conocí la navegación. Durante un año hice Optimist, pero un día vi que pasaba, a toda velocidad, una tabla de windsurf. "Eso quiero", me dije, "eso se ve más divertido" (ríe). En el siguiente verano, en la soledad del mar y rodeado de naturaleza, me enamoré del windsurf.

¿Sigues jugando tenis? Eras bastante bueno, ¿no?Sí, aún lo practico con mis amigos. En Guatemala fui cuarto en un campeonato nacional, pero el windsurf es un deporte más completo. Primero, lo puedes hacer solo; segundo, tiene más adrenalina; tercero, está muy vinculado con la naturaleza… y a mí me encanta la naturaleza.

AUTOFICHA

- Nací en Lima hace 25 años. Soy de origen alemán, pero viví los años de mi niñez en Guatemala. Estudio Administración Hotelera en la USIL. En un año termino.

- Amo al Perú, sus costumbres, sus personajes –el pregonero, la tamalera–, su cultura. Me da pena que mucho de esto se esté perdiendo.

- Mi papá tiene un invernadero de lechugas. Yo trabajaba con él, pero ahora me dedico más a los estudios. Estoy becado en la USIL: el decano y el rector son mis fans (risas).