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Redacción PERÚ21

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Mónica Delta,Opina.21mdelta@peru21.com

Es evidente que el Gobierno, a través de sus diferentes instancias, está tratando de "ganar tiempo" porque el mandatario realmente no sabe qué hacer. Si otorga el indulto perderá políticamente, y si no se lo otorga, también. Desde que Ollanta, inesperadamente, abrió la puerta de este debate, infinidad de fervorosos y hasta crueles comentarios se han escuchado, como el de Alejandro Toledo, cuya figura política se erige por su antifujimorismo, diciendo que "solo deben soltarlo si le quedan uno o dos meses de vida". Hijos, amigos y abogados de Alberto Fujimori, con todas sus peleas internas sobre sus estrategias, han respondido a las condiciones políticas que le exigen. "Que pida perdón, que lo del cuadro es una burla, que tome su ticket y se ponga en la cola porque hay decenas de pedidos de indulto , que firme con sus hijos la solicitud, porque de esa manera acepta los crímenes de lesa humanidad por los que ha sido sentenciado, etc.". Fujimori se ha allanado, a su manera, a todas, sin perder de vista su objetivo, que es dejar la cárcel. Ante cada exigencia gubernamental y de sus enemigos, se ha registrado una respuesta rápida de los fujimoristas. Es evidente que pretenden dejar sin "excusas", como llaman ellos, al jefe de Estado, quien es el único que puede tomar esta decisión. Pero cabe preguntarse: ¿será cierto que Alberto Fujimori quiere salir de la Diroes para terminar sus días jugando con sus nietas o es que, en realidad, es una treta más y seguirá haciendo política convirtiéndose en una pesadilla para sus enemigos políticos? Por otro lado, ¿el fujimorismo, con su líder fuera de la cárcel tras un indulto, que es el perdón de la pena pero la admisión de los delitos, se fortalece o se debilita? ¿Tendrían alguna opción de llegar al poder o con su "allanamiento" se empequeñecen y pierden su punto de cohesión? Ver para creer.