KABUL (Agencias).– Los talibanes juraron vengarse por el "inhumano ataque" en el que un soldado estadounidense mató a balazos a 16 civiles en el sur de Afganistán y quemó sus cadáveres, una acción que ha exacerbado el resentimiento hacia las tropas norteamericanas que en febrero quemaron ejemplares del Corán.
Estados Unidos ha reforzado la seguridad en la provincia de Kandahar, lugar de la masacre, y prometió que los responsables rendirán cuentas, pero descartó alterar la estrategia planificada para retirarse del país asiático.
Según el diario The New York Times, el culpable de la matanza es un sargento de 38 años, casado y con dos hijos, quien se encontraba en su primera misión en Afganistán.