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Redacción PERÚ21

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Mónica Delta,Opina21mdelta@peru21.com

Humala le ha dicho al diario ABC de España que no responderá a "grupos minoritarios que nunca van a cambiar" y, en Sin Medias Tintas, ha asegurado que él no se ocupa de asuntos partidarios, que con la Presidencia tiene bastante.

Pero más allá de las frases públicas, el 'fastidio" lo lleva por dentro. Los que encabezan la "rebelión" dentro de su grupo parlamentario, o mejor dicho, los que sienten que han perdido poder en el círculo más cercano de la pareja presidencial, están midiendo fuerzas. Por lo pronto, con la ayuda de cierta prensa, la puntería ha sido puesta –sin disimulo–en el primer ministro Óscar Valdés, cuyo estilo , parece irritarlos.

Los operadores políticos de Humala, que nadie sabe a ciencia cierta quiénes son, y cuán eficientes pueden ser, deben estar haciendo sumas, restas, multiplicaciones y algunas "divisiones", para pasar el examen de "manejo de crisis".

Un asunto significativo que estarían midiendo podría ser la necesidad de mayoría calificada en importantes votaciones que se avecinan… Por ejemplo, los tres asientos que faltan en el Banco Central de Reserva y la elección del Defensor del Pueblo. La pregunta es: qué tan importante es que nueve o diez congresistas de Gana Perú terminen "abriéndose" para buscar "vida propia" o como ha dicho el exasesor Carlos Tapia, cuán fastidioso "será tenerlos atrincherados dentro de Gana Perú", que es solo "una alianza electoral" a decir del jefe de Estado.

La única posibilidad que terminen de irse sería una alianza del Ejecutivo con el fujimorismo, que no creo que esté, por ahora, en el radar Humala-Heredia. Lo que deben estar calculando los "Humala boys y girl" es, con quiénes pueden gobernar, con menos ruido, manteniendo "su suelo" parejo.