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Redacción PERÚ21

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Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

Así tenemos que en Cajamarca, durante todo un mes, han cerrado los colegios para dedicarse a marchar o a participar en desmanes. Con ello el profesorado perteneciente a Patria Roja ha priorizado las ambiciones políticas del Sr. Santos antes que las necesidades educativas de los niños a su cargo.

Sin embargo, han seguido alegremente cobrando sus salarios al haber firmado –con la complicidad de la dirección regional– un acta ilegal de asistencia como si hubieran estado trabajando.

Por otro lado, en el colmo del atropello a los maestros decentes que se oponen al paro sí les han descontado, ya que ellos no están firmando documentos falsos. Sin duda el manejo administrativo del gobierno regional de Cajamarca es un verdadero escándalo, no entendemos qué es lo que la Fiscalía de la Nación o la Contraloría están esperando.

Al menos la ministra Salas finalmente se despertó después de más de 4 semanas de temor o letargo y ha acusado penalmente al director regional de Educación, que esperamos sea procesado judicialmente de inmediato.

Todo ello debería llevar al gobierno a recapacitar acerca de su estrategia en el sector Educación y su relación con el sindicato. Al igual que en el caso de Santos, los exaliados de Humala en el Sutep se han convertido en sus peores enemigos. Al final de cuentas, ellos esperaban controlar al gobierno y al no hacerlo están actuando como despechados.

En realidad, ante el escenario de confrontación que el Sutep ha iniciado no tiene sentido que el gobierno, solo por temor al sindicato, continúe congelando la reforma del profesorado. Ya no le queda otra alternativa más que enfrentarlos, para lo cual la cartera de Educación requiere alguien con otro perfil para que se haga cargo.