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Redacción PERÚ21

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Carlos Basombrío,Opina.21cbasombrio@peru21.com

Ofrecía un avión espía que volando a 10,000 metros podía, por el calor corporal, distinguir con nitidez el movimiento de personas bajo la selva. Es decir, combinado con inteligencia humana, tener mapeadas las columnas de Sendero. Costaba algo de US$ 8 millones. Le dije la verdad, en el ministerio no había un centavo para nada y que si conseguíamos recursos, lo derivaría a la OGA para que participe en una licitación.

Entre tanto, con Rospigliosi como con Costa, trabajábamos con lo poquísimo que había (es un mito que el fujimorismo dejó bien equipadas a las fuerzas de seguridad) en las "Operaciones Tormenta", destruyendo campamentos senderistas y rescatando a poblaciones cautivas.

Tiempo después había más dinero en el Estado y Rospigliosi pidió apoyo para un batallón antisubversivo de 600 efectivos bien pertrechados y entrenados. Bastaban 3 millones de soles para arrancar. Le dijeron que no había plata. Irónicamente, no mucho después, Toledo decidió que había que comprar cuatro fragatas para la Marina (cada una a US$15 millones y US$25 millones más para equiparla). Ya fuera del gobierno nos opusimos. La prioridad tenía que ser la lucha contrasubversiva y, pensando en la Marina, en todo caso, repotenciar submarinos para que fuesen disuasivos.

Desde hace cinco años hay recursos como nunca. Interior y Defensa han tenido plata para hacer diez veces más de lo mencionado. Es injustificable que nuestros soldados y policías sigan siendo cazados como patos. Peor aún, que ahora Humala diga que lo urgente es dar más leyes.

¡Basta de perder el tiempo! Necesitamos la mejor inteligencia electrónica y humana; así como comandos de élite, bien pagados, entrenados y equipados, bajo la dirección de oficiales honestos y valientes.