SANTIAGO (DPA).– Miles de archivos secretos, y hasta ahora inéditos, revelan que la policía secreta del fallecido dictador chileno Augusto Pinochet lideró una red de espionaje dentro y fuera de Chile.
Los documentos –por décadas catalogados como reservados– confirman que los cuerpos represivos chilenos, la DINA primero y la CNI después, mantenían correspondencia con ministros y funcionarios para coordinar operaciones en todo el mundo.
Entre los contactos foráneos figuran el Vaticano, el FBI y las dictaduras latinoamericanas.