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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

Con ello hubieran arriesgado innecesariamente dinero de todos los peruanos.

Recordemos que el gasoducto originalmente propuesto por Kuntur fue una iniciativa privada, aprobada y otorgada sin licitación o concurso, lo que era válido. Evidentemente, los promotores del proyecto estaban seguros de su viabilidad. Por eso le plantearon al gobierno anterior que a su cuenta y riesgo lo llevarían a cabo.

Sin embargo, cuando el proyecto cambió de manos y nuevos accionistas ingresaron –coincidiendo con el cambio de gobierno–, sorpresivamente el Estado, por algún motivo que nunca fue aclarado, quería estar de todas maneras involucrado.

Así, tenemos que Petroperú quería participar como inversionista arriesgando recursos públicos en una aventura empresarial que en ningún momento se había presentado como requiriendo de ningún subsidio, financiamiento u apoyo estatal para que el gasoducto pudiera ser construido y operado.

Peor aún, ni bien se habló de la inversión estatal, de pronto el costo inicialmente estimado se triplicó y todo el esquema empezó a oler a gas encerrado.

Por otro lado, si los nuevos accionistas brasileños llegaron a la conclusión de que el proyecto no era viable sin el apoyo estatal, entonces se debería determinar a cuánto debería ascender el financiamiento público y si el Gobierno considera el proyecto como prioritario para el desarrollo nacional. Entonces, debería licitarlo en un proceso abierto y transparente para que lo ejecute quien ofrezca hacerlo con el menor riesgo para el Estado.

Lo que no se puede aceptar, de ninguna manera, es tener a funcionarios públicos negociando directamente con 'socios' el aporte millonario que hubieran efectuado. Nos parece que eso no habría sido sano.