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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Guido Lombardi,Opina.21glombardi@peru21.com

En un momento en que en nuestro país debatimos –con muertos de por medio– sobre la compatibilidad entre las industrias extractivas y el respeto al ambiente, resulta necesario mirar con atención la agenda de esa conferencia e incorporarla a nuestro debate político.

La propuesta de la ONU es ambiciosa, nos invita a todos –Estado y ciudadanos– a "sentar las bases de un mundo de prosperidad, paz y sustentabilidad", y propone reflexionar sobre dos temas que constituyen el eje central de la cumbre: una economía ecológica con vistas a la sustentabilidad y la erradicación de la pobreza, y la creación de un marco institucional para el desarrollo sustentable.

Si bien los resultados de estas cumbres no permiten albergar gran optimismo, Río+20 (llamada así porque tendrá lugar 20 años después de la primera cumbre histórica de Río) debe significar un paso adelante, idealmente, en el sentido de conducir a una visión pluricultural de las bases éticas y políticas de la gobernabilidad mundial.

En los próximos 40 años, la población mundial aumentará de 7 mil a 9 mil millones de personas, y todas ellas contarán con que el planeta les proporcione energía, agua y alimentos. El rumbo actual de los acontecimientos hará que eso sea muy difícil. Los especialistas del Banco Mundial presentarán en Río+20 seis temas clave que ahora solo enumeramos. Crecimiento ecológico inclusivo. Contabilidad del capital natural. Alianza mundial en favor de los océanos. Prácticas agrícolas acertadas. Adecuada planificación del desarrollo urbano. Energía sostenible.

Lo central es saber que el camino del crecimiento inclusivo será de acuerdo con las necesidades específicas de cada región, pero que el objetivo es el mismo: crecimiento y desarrollo sostenible para las personas, el planeta y el progreso.