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Redacción PERÚ21

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Carlos Basombrío, Opina.21No le ha ido mal a Humala con el cambio de gabinete y la consolidación de su viraje hacia la centroderecha. Ha subido su aprobación a nivel nacional, incluyendo los sectores D y E, así como el centro y el sur. La expectativa sobre el gabinete que preside Óscar Valdés es alta ya que el 48% considera que será mejor que el de Lerner.

La ruptura con su ala izquierda no ha sido traumática a nivel político. Contadísimas voces entre los afectados han expresado su crítica. Los más se han adaptado con bastante facilidad. La generosidad con las embajadas parece haber cumplido un papel.

A nivel social, en cambio, sí ha tenido consecuencias. Los dirigentes radicales ven ahora a Humala como un traidor. Ello aumentará la conflictividad luego de acabada la tregua veraniega.

De hecho, el principal desafío que tiene Valdés es Conga, en donde está en un choque de trenes con Gregorio Santos y Wilfredo Saavedra. El asunto es que el proyecto está paralizado y, por lo tanto, el tiempo corre en contra del Gobierno.

A estas alturas no parece muy probable que Humala regrese a sus orígenes. Parece que la orientación económica y el marco institucional no van a cambiar. Lo que preocupa es que no queda claro qué van a hacer en positivo en términos de cambios. A mi juicio, estos son urgentes para generar inclusión.

Es verdad que se está avanzando en programas sociales. Pero, si queremos nivelar la cancha para todos, hay que trabajar fuerte en los sectores Educación, Salud, Justicia y Seguridad.

Nunca ha habido más plata para hacerlo. Sin embargo, no se ven iniciativas en los dos primeros, y estamos como el cangrejo en los otros dos. Como prueba tenemos el hecho de que la inseguridad y la corrupción son los dos motivos principales de quienes desaprueban al presidente.

Hoy por hoy, el riesgo principal con este gobierno no es la inestabilidad por cambios innecesarios, sino la inacción frente a cambios indispensables.