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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Algunos de ustedes recordarán lo del Gran Salto Adelante con que Mao Ze Tung trató de industrializar China a trompicones y que provocó una hambruna. Pues bien, el gran salto adelante de la nueva refinería de Talara lo dio don Humberto Campodónico en 2011-2013 cuando, siendo presidente de Petroperú, puso en vía de máxima prioridad dicho proyecto para refinar barriles de petróleo que ahora, y en un futuro previsible, el Perú tendrá que importar porque, del consumo diario de 220 mil barriles, solo produce unos 35 mil y buena parte no se puede transportar a la refinería porque el Oleoducto desde la selva se cae a pedazos por la negligencia de los sucesivos presidentes de Petroperú.

Cuando don Humberto relanzó Talara, el costo rondaba los US$1,700 millones, 400 millones más que en 2008 cuando la consultora Arthur D. Little calculó que se necesitaba una inversión de US$1,300 para incorporar, entre otras, tres plantas de desulfuración y un Flexicoker. Según dicha consultora, con una inversión de US$1,300 se conseguía una tasa de rendimiento de 13.5%.

Don Humberto defendió tamaña inversión pertrechado con tres tomos sobre los beneficios económicos y medioambientales del proyecto que encargó a la consultora Macroconsult. Resulta ahora que, al ver que el "costo" del proyecto ya anda por US$5,400 millones, don Elmer Cuba, responsable del estudio, se desmarca con un "vi ese proyecto cuando costaba US$1,700 millones y pasaba raspando". Aunque, hay que decir, que, por aquel entonces, don Elmer (La República, 28.08.12) pregonaba los supuestos cuantiosos beneficios PBI, generación de empleo, ahorro de divisas, por lo que su "raspando" de hoy suena a eufemismo.

Yo hubiera esperado ver a un don Humberto indignado por la escalación paulatina de costos desde los US$1,700 millones en que lo dejó él hasta los US$5,400 actuales, arremetiendo contra la española Técnicas Reunidas, sus subcontratistas locales y Petroperú, por el despilfarro. Después de todo, con US$3,700 millones se pueden solucionar muchos problemas; por ejemplo, hace poco los diarios informaban que en el Hospital Alcides Carrión de Huancayo los médicos tenían que operar con taladros de ferretero por falta de bisturís.

Pues no, para don Humberto, la multiplicación de los costos no es mayor problema y no ceja en que, contra la ley de la gravedad, lo que por US$1,300 tenía una rentabilidad de 13.5%, por US$5,400 sigue siendo rentable.