Foto: David Vexelman.
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Redacción PERÚ21

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Pepita García Miró y Manongo MujicaAutor: Gonzalo Pajares.gpajares@peru21.com

Son músicos, son pareja y, gracias a Cernícalo, la productora de Pepita García Miró y Manongo Mujica, podremos ver en Lima a Manu Chao, a Totó la Momposina y a otros grandes artistas.

¿Cómo es la convivencia entre una pareja de artistas?Manongo (M): Chévere (risas).Pepita (P): Hay muchas cosas que no tenemos que explicarnos. Hay acuerdos y comprensiones tácitas.

¿Quién es más melómano?P: Uy, empezamos mal (risas). Los dos, pero Manongo escucha más música que yo. Siempre me ha fascinado la música. En la familia había un tío pianista y mi papá tocaba muy bien el piano y cantaba. A los cinco años tomé una guitarra y sola empecé a tocar. Para mí era claro: o la música o la curación.M: Tuve la suerte de tener un director de colegio, Eduardo Nugent Valdelomar, mítico personaje (maestro de Alfredo Bryce y sobrino de Abraham Valdelomar), quien me sentaba en un sillón, me vendaba los ojos y me ponía a Benny Goodman a todo volumen, y me decía: "Escucha a Gene Krupa. ¿Te has dado cuenta de lo que realmente hace el baterista?". Eduardo me hizo percusionista. Yo estaba entre la pintura y la música, que practico hasta hoy.

¿Es cierto que los percusionistas son los sordos de la orquesta?M: (Risas). Eso es falso, es un prejuicio absurdo, porque todo instrumentista está buscando su propia voz, su propio canto. Desde la musicalidad del instrumento no hay diferencia. Un cajonero, un conguero o un baterista pueden cantar y frasear igual que un violinista… y a veces con más swing.

¿Cómo fue tu acercamiento a la música andina?P: Muy natural. Lo que escuchas de niño te marca. De pequeña, cuando vivía en Chaclacayo, veía las procesiones, las yunzas. Entonces, sentí que la música andina estaba, a la vez, lejos y cerca, que era algo que me pertenecía y no, pero, con el tiempo, supe que tenía que acercarme a ella de una manera más completa.

¿Por qué te pertenecía y no te pertenecía a la vez?P: Es obvio (ríe, y hace referencia a su origen social, al color de su piel). La señora que me cuidaba, quien era arequipeña, me cantaba yaravíes. Era una música que estaba allí, pero cuya historia desconocía. Era algo fascinante, que podía tocar, pero que no era parte de mí. Sin embargo, siempre me interesó pues sentía vitalidad, algo que era de verdad, sin pose, una música totalmente auténtica. Soy una blanca con alma de india y de negra (risas).

Cantar con Jaime Guardia, hacer tus discos, editar tus recopilatorios, ¿ha sido recuperar el tiempo perdido o encontrarte?P: Solo sabía que tenía que hacerlo y darle al mundo andino el sitial que nunca se le ha dado.

¿Por qué optaste por el jazz?M: Soy más un experimentador, y siempre estoy en busca de lo inasible, de la poesía, de lo inclasificable.

Con Perú Jazz transformaste el jazz en algo peruano…M: Tuve el privilegio de ser amigo del gran 'Chocolate' Algendones, con quien nos complementamos. A mí me faltaba un enraizamiento de los ritmos. Mi percusión era atmosférica, abstracta, vinculada con los sonidos de la naturaleza, un paisaje sonoro. 'Chocolate' venía de la santería, de Perú Negro, de la repetición rítmica. Yo le daba un elemento atemporal y espacial, y me di cuenta de que allí estaba el sonido del Perú: juntar la raíz de la rítmica negra con la grandeza de la naturaleza.

¿Cómo han podido hacer empresa del arte?P: Por necesidad. En Lima no hay un sistema de producción. Entonces, tuve que organizar mis propios espectáculos. También nos motivó que en las discotiendas de Europa y EE.UU. no hubiese música peruana. Nos dijimos "cómo es posible esto", y empezamos a hacer producciones de tan buena calidad que pudiesen ser exportables.

Y con Cernícalo organizan el Festival de los Siete Mares…P: Los músicos que nos gustan no vienen. Entonces, alguien los tenía que traer, y nos dijimos "por qué no nosotros". Además, acá tenemos tantos buenos músicos que nuestra idea era juntarlos. Todo empezó cuando me pidieron que hiciera un festival de jazz. Comenzamos a buscar a los artistas, pero el rango de público iba a ser pequeño. Entonces, amplié el panorama.

¿Qué opinión tienen de nuestras radios?M: Son un desastre, dan mucha pena, no entienden que existe algo llamado 'música peruana'. Su posición es colonialista y de sordera hacia lo que aquí ocurre. ¿Por qué ese sometimiento a la moda extranjera?

¿Por qué siguen en la música?M: Porque tenemos la esperanza de que, en algún momento, las cosas cambiarán. Así como la comida peruana ha servido para que la identidad del pueblo se equilibre, quizás pronto nos demos cuenta de que tenemos una música extraordinaria.

AUTOFICHA

- Manongo: "Pepita y yo tocamos juntos en Tribal, proyecto en el que también están Pauchi Sasaki y Andrés Prado. Nuestro sonido es nuevo. Preparamos otro disco".

- Manongo: "Sentí que escuchar la naturaleza era algo visual. Por eso hice Autorretrato sonoro, un mediometraje sobre mi trabajo".

- Pepita: "La Municipalidad de Lima nos está apoyando. Se ha dado cuenta de que una de sus obligaciones es apoyar la cultura. No solo de cemento vive el limeño (ríe)".