SIN PENA NI GLORIA. Gana Perú no hizo mucho por retener a este reducido grupo. (Rafael Cornejo)
SIN PENA NI GLORIA. Gana Perú no hizo mucho por retener a este reducido grupo. (Rafael Cornejo)

En plena campaña electoral, Perú21 y otros medios advirtieron de los riesgos que se jugaba el entonces candidato presidencial Ollanta Humala al incluir en su lista parlamentaria a políticos de izquierda que tienen su propio proyecto. El tiempo lo corroboró.

Primero fue Jorge Rimarachín, un desconocido legislador electo por Cajamarca que, desde que estalló el conflicto Conga, se asoció a Gregorio Santos para hacerle la vida imposible al mandatario.

El conflicto en Espinar motivó las otras renuncias. Verónika Mendoza quedó al descubierto por usar un informe para azuzar las protestas contra Xstrata Tintaya cuando, realmente, el documento se refería a otro lugar. No se fue sola, se jaló a Rubén Coa.

Casi en simultáneo, Javier Diez Canseco y Rosa Mavila también renunciaron, acusando al presidente Ollanta Humala de abandonar 'La Gran Transformación'.

MALA GESTIÓNMientras esa decantación natural se producía en el interior de la bancada, el manejo del Legislativo por parte de Gana Perú sufría duros cuestionamientos pues su presidente, Daniel Abugattás, nunca estuvo a la altura. Los escandalosos acuerdos de la Mesa Directiva y su actitud hacia la prensa marcaron su trabajo.