Foto: Rochi León.
Foto: Rochi León.

Redacción PERÚ21

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Ariel Bracamonte,EstudianteAutor: Gonzalo Pajares.gpajares@peru21.com

Dice que no bebe, pero se anima a tomar un pisco sour. Aprovechando la confianza lograda, le pregunto si volvería a abrazar a su hermana. Ariel Bracamonte no lo duda y responde: "Nunca digas nunca", pero luego confiesa que no la quiere: "No puedo querer a quien pudo matar a su propia madre. Hoy, mi familia son mis amigos. Yo la elegí". Acaba de publicar su primera novela, Culpa de sombras (editorial Mesa Redonda).

Tu madre forjó tu personalidad, ¿no?Sí. Ambos somos Leo. Chocábamos mucho, pero también congeniábamos. Ella me decía que tenía que sacar carácter de algún lugar pues era fuerte, dominante. Siempre fui el primero de mi clase, pero ella me decía que de nada servía esto si no lograba establecer vínculos con la gente… y yo era muy tímido.

Eres muy competitivo…Demasiado. Me gusta ser el primero, quizás porque el entorno donde crecí fue muy difícil. Mi abuela no era judía, entonces hubo cierto rechazo hacia nosotros por los más ortodoxos de la comunidad judía. Crecí con la idea de que había gente que no nos miraba con buenos ojos. Además, me gusta sentir que hago las cosas bien.

Trabajas para mantenerte, ¿no?Sí, desde que mi madre falleció, hace casi seis años. Siendo menor de edad manejé un hostal, un telo, no un burdel, pero parecido (risas). Yo lo llamaba hospedaje de alta frecuencia (ríe). Quedaba en Ate. Incluso viví allí porque no tenía dónde quedarme. Fue una experiencia difícil, sobre todo después de ser un chico sanisidrino, muy nice, que vivía a tres cuadras del Country. Pero aprendí un montón. Recuerdo que, un día, una prostituta se tiró por una ventana y, otro día, un señor mayor se resbaló y se mató. Pero me fui el día que mataron al dueño de la pollería de la esquina. Ese día supe que ya había aprendido lo suficiente (ríe). Hoy vivo del alquiler de unos departamentos que heredé y no necesito trabajar para comer, lo cual es un privilegio.

Tuviste que crecer rápidamente. ¿No tienes algunos vacíos emocionales?Maduré mucho en varios aspectos: sé de leyes, procesos, etcétera, pero no crecí, por ejemplo, en temas de pareja. Mi novio tiene 47 años y, cuando discutimos, le digo: "Tenme paciencia. Recuerda que, aunque no lo parezca, solo tengo 22 años". Salir con un chico de mi edad se me complica porque en muchas otras cosas soy muy maduro.

¿Eres consciente de que, al menos mediáticamente, muy carismático no eres?Lo sé. Acabo de publicar en el Twitter la foto de mi gato tomando su leche. Inmediatamente, la gente empezó a escribirme cosas como "nunca imaginé que pudieses tener un gatito". En realidad, me estaban diciendo: "Nunca imaginé que podías tener sentimientos". "Nunca imaginé que pudieses tener corazón". Lamentablemente, alguna gente tiene una imagen equivocada de mí. Yo no soy serio, frío ni amargado…

Tú has contribuido a esta imagen…Sí, porque no hay forma de sonreír cuando te preguntan por un asesinato. En los casos policiales no pueden existir sonrisas.

¿Quieres que el caso de tu madre se cierre ya?Sí, sueño con eso. Quiero la calma, por ejemplo, de publicar un libro y que la gente no diga que me aprovecho del caso de mi madre. Yo no he escrito una novela sobre el caso Fefer. Una editorial muy grande me lo propuso, pero me negué.

No negarás que hay vasos comunicantes entre tu novela y tu vida…Los hay, pero fue la editorial quien me jaló la mano, quien me propuso escribir una novela, pero ni ellos ni yo queríamos 'novelar' el caso Fefer.

¿Quieres dedicarte a escribir?No tengo ninguna preocupación al respecto. Tengo 22 años, estoy en el cuarto ciclo de Periodismo, no sé qué irá a pasar cuando termine la carrera. Quién te dice que luego ya no quiera escribir más. Además, si me metí en El gran show ya tienes suficientes pruebas de que no me interesa que me tomen en serio (risas).

¿Te arrepientes de haber estado en El gran show?Si sobrevives 11 semanas, quiere decir que el público te apoya. No me arrepiento, pero sí sé que hay gente que miró con sarcasmo mi participación en el programa.

Estudiabas Arquitectura, pero ahora estudias Periodismo…Haber sido parte de las noticias ha sido una gran ventaja. He ido aprendiendo cómo se manejan algunas cosas en la prensa, pero sé que también hay gente con ética, que hace muy bien su trabajo. Muchas veces, la Policía y los fiscales no pueden hacer una buena investigación por falta de recursos, pero hay periodistas que sí pueden hacer este trabajo, investigan y, al final, logran obtener información valiosa. La labor de la prensa en países como el nuestro es fundamental.

AUTOFICHA

- Nací en Lima, en 1989. De niño prefería usar el apellido de mi mamá pues mis padres se separaron cuando tenía dos años. Desde hace un año llamo 'amigo' a mi padre.

- Mi madre era muy fuerte, muy omnipresente. Ella forjó mi personalidad. Ambos somos del signo Leo. Chocábamos y congeniábamos.

- La gente pretende que los lazos de sangre sean eternos. Ese es el ideal. En la vida real, los ideales no existen. Romper con mi familia no fue mi decisión. Solo pasó.