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Redacción PERÚ21

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Carlos Basombrío,Opina.21cbasombrio@peru21.com

(A los generales se les aumentará ¡en cinco años! menos de 2,000 soles; ni qué decir de otros sectores). Dos posibilidades (no sé cuál peor): están tan desligados de la población que no imaginaron la magnitud del repudio que ocasionarían; la otra, que a estas alturas ya a la mayoría de los otorongos les importa un comino lo que piensen de ellos.

Tiendo a inclinarme por la segunda. Ya ha sucedido antes con otros Congresos. El primer año un sector minoritario, toma el liderazgo tratando de hacer las cosas mejor. El peso de la realidad es abrumador y la inmensa mayoría inclina pronto la balanza hacia el otoronguismo, a saber, una combinación perversa de incompetencia, indiferencia y aprovechamiento del poder.

Esta historia se seguirá repitiendo en el futuro, porque hay un problema de fondo en la composición del Congreso. Un buen porcentaje de sus miembros son personas que no debieran haber nunca ocupado esa función. Y no me refiero a que tengan más o menos títulos universitarios, sino al hecho que han llegado allí no para representar a la población, sino para beneficio propio.

La raíz del problema es el voto preferencial. Es decir, de cada lista usualmente llegan los que tienen el dinero para hacer campaña por ellos mismos y en contra de los demás miembros de su agrupación. Invierten mucho y no queda claro que sea por altruismo.

¿Por qué no cambiar este perverso sistema que envilece la representación y debilita los partidos?

La razón es simple: quienes tendrían que hacerlo son los que se han beneficiado de su existencia. Sólo un fuerte movimiento ciudadano podría obligarlos a cambiar las reglas de juego.

Entre tanto, preparémonos para la siguiente camada que, aunque parezca genéticamente imposible, probablemente supere a la actual.