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Redacción PERÚ21

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Enrique Castillo,Opina.21ecastillo@peru21.com

Sí le corresponde hablar, cuando sus decisiones, acciones u omisiones, nos muestran que para él no todos somos iguales ante la ley, y que es capaz de enfrentarse al 77% de los peruanos con tal de promover y permitir todo tipo de ventajas y privilegios a su hermano. La discriminación y la igualdad ante la ley son temas de Estado.

Sí le corresponde hablar, cuando mantiene a ministros y funcionarios que por quedar bien con él y su familia, no solo han dejado de lado su profesionalismo y lealtad, sino que se han burlado de la inteligencia de todos los peruanos, mencionando informes de inteligencia que nunca mostraron, contando increíbles y contradictorias historias e inventando las más absurdas justificaciones. La credibilidad del Gabinete y la estabilidad política son temas de Estado.

Sí le corresponde hablar, cuando propone una ley para mandar al Lurigancho a quienes cometan faltas; mientras que a su hermano, que encabezó una sangrienta revuelta que acabó con la vida de cuatro policías, lo traslada de un penal de máxima seguridad a un ambiente cómodo dentro de una instalación militar con todas las facilidades y gollerías. Una política penitenciaria justa es un tema de Estado.

Sí le corresponde hablar, porque esos treinta millones de peruanos con quienes dice tener una responsabilidad, esperan que su Presidente gobierne dando el ejemplo, y no predicando y exigiendo a otros el comportamiento que él mismo no puede tener. La autoridad moral del Presidente es un tema de Estado.

Está equivocado el Presidente si cree que si la Primera Dama y sus ministros hablan al unísono de la lucha contra la minería ilegal –digna de encomio y de apoyo decidido– los peruanos van a dejar de exigirle que hable. Porque sí le corresponde hablar.