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Redacción PERÚ21

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Adolfo Guevara,Opina.21aguevara@peru21.com

El tratamiento consiste en la extirpación del intestino grueso o colon y en la escisión del recto. Donde aún no hay consenso es en la forma de reparar la función digestiva. Para algunos, lo mejor es hacer una ileostomía (nuevo ano). Para otros, es conveniente hacer una unión entre un pequeño segmento del recto distal y el intestino delgado. Este procedimiento tiene el inconveniente de que obliga al paciente a hacerse controles pues, por razones genéticas, pueden aparecer nuevos pólipos en el remanente del recto y estos, a su vez, pueden malignizarse, por lo que se deben hacer polipectomías. La tendencia genética es a la recurrencia. La unión del recto y el intestino delgado tiene riesgo de fuga pues lo anastomosado se puede abrir y producir cuadros que pueden complicar la vida. Es conveniente explicar los riesgos para establecer un consenso sobre el procedimiento a seguir.