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Redacción PERÚ21

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Gianfranco Castagnola,Al.Mercadogcastagnola@peru21.com

Este ha generado empleo, mayores ingresos para la población y mayores recursos para el Tesoro Público, que, a su vez, se han traducido en mejoras en infraestructura y más dinero para programas sociales. Es indiscutible que sin crecimiento económico es imposible reducir la pobreza. Es cierto, también, que esta sigue siendo elevada, sobre todo en zonas rurales, cuyas economías no se articulan a los mercados. Y también lo es que la desigualdad prácticamente no se ha reducido. ¿Debe preocuparnos esto último? En el mediano plazo, es más importante atacar la pobreza y, sobre todo, promover la equidad. Pero, más que la de ingresos (medidas para esto –como subsidios y elevados impuestos– suelen tener resultados contraproducentes), importa la equidad de oportunidades a través, por ejemplo, de una mejora sustantiva en la calidad de la educación. Y en estas dos tareas (desarrollo rural y equidad de oportunidades) se ha hecho poco en la última década.