El modelo chavista tiene muchas asignaturas pendientes en este nuevo periodo de gobierno. La primera de ellas es la inseguridad ciudadana, considerado como el problema central por el 70% de venezolanos. Después de 14 años en el poder y a pesar de la mayor bonanza petrolera de la historia, la tasa de homicidios en Venezuela creció en 425% desde 1998, año en el que Hugo Chávez ganó su primera elección. Solo en 2011, 14,092 personas murieron asesinadas.
Los críticos del gobierno le achacan al mandatario la incapacidad para solucionar los problemas crónicos del país e incluso acentuarlos. Los apagones por la falta de inversión en la red eléctrica son habituales en Venezuela, a ello se suma la escasez de alimentos. El 70% de los alimentos consumidos por los venezolanos vienen del exterior.
Otro factor clave es la falta de trabajo. El desempleo oficial es del 8%, pero el 43% de la población activa trabaja en la economía informal. Ello, además causó la diáspora de venezolanos, en su mayoría jóvenes profesionales de clase media, hartos de vivir en un continuo sobresalto y de añadir nuevas rutinas de protección a su vida cotidiana.
En 1999, había 295 mil viviendas clasificadas como "inadecuadas". Ahora son 404 mil. La salud sigue siendo un problema y la cantidad de camas para atender enfermos disminuyó: en 2000 había 28 mil, pero hoy solo hay 22 mil.
Otro problema que agobia a los venezolanos es el duro control sobre el dólar que rige desde el 2003 con el supuesto objetivo de garantizar el pago de compromisos externos. Sin embargo, Chávez no tuvo reparos en abrir la 'petrochequera'. Se calcula que ha gastado 150 mil millones de dólares en divulgar su ideario por toda Latinoamérica.