AGÓNICO. Cesc define con angustia: el balón dio en el palo y entró. (Reuters)
AGÓNICO. Cesc define con angustia: el balón dio en el palo y entró. (Reuters)

Redacción PERÚ21

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DONETSK.– Dicen que el español es el idioma más rico del mundo. Que puede hablar con poesía, cuando otros idiomas parecen ser una confusión. Hablar en español es, a veces, sentir 'Furia Roja', sobre todo cuando por penales (4-2) te metes a la final de la Eurocopa. Adiós Portugal, la del idioma diferente.

Pero toda historia tiene un inicio y, allí, Del Bosque quiso hablar otro idioma. Quizás por eso sorprendió con Álvaro Negredo de arranque. No jugaba Cesc y su toque mágico, no jugaba Torres y su instinto goleador: arrancó un delantero que no sintonizó con el 'tiqui taca' y a España le costó mantener la pelota, rotarla con paciencia para encontrar el espacio o el error. Portugal, muy firme en el fondo y anticipando siempre, impidió muchas veces que el campeón impusiera su ley.

Pese a todo, Arbeloa se la perdió a los 8' e Iniesta no pudo a los 28'. Portugal, que apostó al contragolpe, a sacarla rápido con Veloso, Meireles y Moutinho de aduanas, jugó con el GPS apuntando a Cristiano. La idea era que el crack se encargara del resto, y así lo hizo en varias ocasiones, una de ellas a los 30', cuando remató desviado.

En la segunda parte, Del Bosque regresó a su idioma original y mandó a Fábregas por Negredo. Luego decidió arriesgar y Jesús Navas tomó el lugar de un desconocido David Silva. Mejoró España, que ganó en fútbol y en profundidad, aunque no llegó al gol por el estupendo trabajo de Pepe y Alves. Más cerca estuvo 'CR7', pero su disparo se fue a las gradas sobre el final cuando tenía todo para liquidar.

PRÓRROGA CASTELLANAEspaña acentuó su dominio en el tiempo extra, pero Iniesta (4'), Sergio Ramos (106´) y Pedro (114') no pudieron definir. Sin embargo, la gloria aguardaba en los penales. Xabi Alonso falló ante Rui Patricio, pero Casillas apareció para tapar el disparo de Moutinho.

Después, Iniesta y Piqué marcaron para el campeón y Pepe y Nani para Portugal, antes de que Sergio Ramos la metiese a lo Panenka y Bruno Alves reventara el travesaño. Entonces llegó el momento clave: Fábregas tomó la pelota y, como hace cuatro años para eliminar a Italia en cuartos de final (en esa Euro 2008 fundacional), acertó el quinto disparo e hizo estallar la marea roja.