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Redacción PERÚ21

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Guillermo Giacosa,Opina.21ggiacosa@peru21.com

Esta, 'Rápido y Furioso', evoca en mí una suerte de salvaje intervención en la que todo prurito queda de lado. Sabemos que cuando estamos furiosos opera nuestro cerebro más primitivo y el mismo está reñido con la razón. Si, además, estamos apresurados, podemos certificar que la irracionalidad total está asegurada. Y solo esa irracionalidad puede explicar el fracaso estrepitoso que ha tenido la política antidrogas en México. En la etapa de 'Rápido y Furioso' hubo 300 muertes y desaparecieron 1,300 armas. Los narcotraficantes mexicanos abastecen de drogas al insaciable mercado estadounidense, y este, a su vez, abastece de armas a quienquiera desee comprarlas, entre ellos, los narcos. La mayor parte de las armerías estadounidenses se encuentran en la frontera con México, y Washington ha bloqueado sistemáticamente en la ONU todos los esfuerzos de limitar el tráfico de armas cortas, que son las causantes de miles de asesinatos en México. La genial idea gringa consiste en dejar que los narcos compren armas para, después, rastrearlas. El resultado es ejemplar. De 2,020 armas vendidas en los últimos meses, solo recuperaron 700 y ningún jefe mafioso ha sido localizado con este sistema. Son tan ineficaces como sus 'bombas inteligentes'. Para colmo, además de las muchas víctimas mexicanas, murió, por dichas armas, un agente de fronteras gringo, y esa muerte es empleada como elemento en la campaña republicana contra Obama para las próximas elecciones.