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Redacción PERÚ21

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Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

Al igual que entonces, la maquinaria gubernamental espía a medios de comunicación, así como a parlamentarios de oposición, y realiza esa intervención de manera irregular. Pero, lo que más lo asemeja a la caída de Nixon es la seguidilla de mentiras con las que tratan de cubrir lo que han realizado y que se van desmoronando, quedando delatados.

Así tuvimos, primero, la falsificación de una citación y, ahora, la Fiscalía de la Nación miente al decir que no conocía a quién estaba interceptando. Al confiscar el celular que llevaba Rudy Palma, bajaron sus contactos donde estaba el número de Galarreta con su nombre claramente identificado. Por lo que desde el primer día sabían muy bien a quién estaban 'chuponeando'.

Luego, dicen que la interceptación solo duró 48 horas. Sin embargo, la orden de levantamiento del secreto de las comunicaciones continúa vigente luego de 45 días en el juzgado, así que también es falso lo que han afirmado.

Por otro lado, dudamos que un ministro 'junior', como lo llamarían los británicos, como es el de Comercio Exterior, quien inició todo al verse envuelto en un escándalo, tenga tanta influencia como para lograr que el fiscal de la Nación ponga en riesgo su cargo por ayudarlo. Sin duda, hay alguien con más peso involucrado.

Incluso, habría que preguntar qué rol cumplió el presidente del Legislativo invitando al fiscal a cargo de todo este entuerto al Congreso y propiciando una reunión para que le mintiera al parlamentario que ya estaba siendo 'chuponeado'. ¿Buscaban de alguna manera emboscarlo e incriminarlo? ¿Para qué envían un oficio al Parlamento el 2 de mayo preguntando por el número 'chuponeado', cuando sabían a quién estaba asignado y, en todo caso, según ellos, a esa fecha ya no estaban interceptando? Aquí hay gato encerrado.