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Redacción PERÚ21

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Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

O si la asociación de padres de familia del colegio de sus hijos tuviera en su directiva a un acusado por violencia familiar y a otro que tiene setenta denuncias, desde intento de homicidio hasta robo agravado. Finalmente, qué opinión tendría Ud. si una institución financiera estuviera a cargo de un sentenciado por contrabando.

Evidentemente, en cualquiera de esos tres escenarios, el resultado sería un escándalo y el despido inmediato de los involucrados. Sin embargo, ese es el perfil de los parlamentarios que tienen en sus manos la decisión para elegir a la próxima Presidencia de lo que alguna vez fue el primer poder del Estado.

Así, a los ya mencionados debemos agregarle un congresista acusado de negligencia médica que falsificó documentación, una legisladora que no comprende lo que lee alarmando falsamente a una provincia sobre un inexistente riesgo de muerte por contaminación y, finalmente, un parlamentario que agredió a golpes a un periodista en una discoteca cuando estaba borracho.

Al final, una combinación de la lentitud de la Comisión de Ética para actuar y la falta de decisión por parte del oficialismo para limpiar de sus filas a elementos tan cuestionados han terminado llevándonos a una situación en la que el balance de la votación para la próxima mesa directiva la tienen un grupo de denunciados.

Con lo cual ellos negociarán su impunidad y la imagen del Congreso ante los ojos de los ciudadanos se seguirá desplomando. Realmente inexplicable que por la obsesión de mantener la Presidencia del Parlamento –que al Gobierno no lo ha ayudado en lo absoluto el último año sino que ha sido todo lo contrario– Humala tenga que asumir compromisos con prontuariados.