Foto: Rafael Cornejo.
Foto: Rafael Cornejo.

Redacción PERÚ21

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Patty Wong,Modelo y empresariaAutor: Gonzalo Pajares.gpajares@peru21.com

Para nosotros, Patty Wong era una imagen televisiva, una modelo que había sabido usar su carrera para despegar como empresaria. Después de conversar con ella –y de verla quebrarse varias veces– sentimos que es como muchas de las peruanas que han sacado adelante este país. No solo es un rostro bonito; es un alma sensible que se parte el lomo día a día. Patty, además, promueve el premio 'Mujer microempresaria', que organiza CrediScotia. Bases: www.crediscotia.com.pe/MME. Cierre: 10 de agosto.

Tus padres tuvieron muchos hijos: diez…Sí. Yo era la cuarta, la ovejita negra (ríe). No era hogareña, no ayudaba en casa. Provengo de un hogar de pobreza extrema y, por eso, decía que cuando creciese iba a tener muchos empleados, que no iba a hacer nada. Recuerdo que le daba medio pan a mi hermano para que lavase los platos por mí.

Venir de un hogar pobre te motivó para ser emprendedora…Sí. Viví muchos momentos fuertes con mi familia, por eso me esforcé en ser una buena persona, porque para que te vaya bien en lo profesional debes estar muy bien interiormente. Recuerdo, por ejemplo, que mi madre trabajaba en un chifa donde le daban el almuerzo. Ella lo guardaba y, en la noche, lo repartía entre sus diez hijos.

Empezaste tu faceta de empresaria en el colegio…Sí. Mi mamá no tenía para comprarme unas medias blancas para educación física y me mandó con las plomas, las del uniforme único. "Quedan mal, son feas", le dije. Como no me gustaban, y siempre he sido obstinada –no me gusta que me digan "no"–, vendí en mi colegio los panes que me tocaban para el desayuno. Y, claro, también los que le tocaban a uno de mis hermanos (ríe). Pero, al tener la plata, decidí no comprar las medias y, con ese dinero, compre más panes. Al siguiente día llevé diez y, al poco tiempo, ya vendía 70 cada día. Iba a La Parada por las tardes a comprar todos los ingredientes: jamonada, chorizos, queso, y tenía que hacer los panes muy temprano porque, de lo contrario, mis hermanos se los comían (ríe). Recuerdo que le daba un pancito al vigilante para que me dejase meter mis panes. Allí me hice empresaria.

¿Qué hiciste luego?Trabajé en un chifa. Allí me dije que quería tener un chifa grande, bien montado, pues mi padre siempre había sido cocinero de chifas y, luego, había tenido algunos suyos, pero muy chiquitos, hasta en carpitas, muy humildes. Y, como sabes, una siempre ambiciona ser mejor en lo que tus padres hacen. Por eso, yo quise ser chifera.

Empezaste con un chifa en Los Olivos…Sí, hace diez años, con un local muy pequeño, de bocaditos. Ahora es grande. Luego, con mis hermanos, abrimos cuatro más, y el año pasado decidí independizarme y abrir mi propia marca: Patty Wong. En un año ya tengo cuatro locales: en la Av. Abancay, en Mesa Redonda, en El Agustino, y estoy por inaugurar otro en Santa Anita. Mi estrategia fue abrir en zonas de alto comercio, muy caras, más caras que Miraflores o San Isidro.

Alto comercio, pero en zonas populares…De alto comercio. Hago un estudio de mercado y me preocupo para que el negocio, desde el mes uno, pague sus costos fijos, logre su punto de equilibrio y, a mediano plazo, su flujo de caja me permita abrir otro local, porque el capital es mío y mi único socio es CrediScotia.

Haber estado en la televisión te ayudó a crear tu marca, ¿no es verdad?Muchísimo. Primero, la gente viene por curiosidad. "¿Una modelo haciendo chifa?", se dice, pero regresa por la calidad.

¿Ser madre también te ha hecho mejor empresaria?Sí, cuando mi hija nació me sentí una mujer invencible. Estoy separada. Si me hubiera ido bien en mi matrimonio, quizás no estaría haciendo lo que hago hoy. Lo importante es que soy feliz y, si me vuelvo a casar, no será para que me mantengan –soy demasiado orgullosa–, sino porque estoy amando intensamente.

¿Te sientes un ejemplo para la mujer peruana?Soy mujer, soy madre y soy empresaria. Por eso me halaga que una institución como la Financiera CrediScotia sienta que soy un ejemplo para la mujer, más aún en una sociedad machista. Mis hermanos y yo hemos llorado de hambre. Por eso, si mi ejemplo puede inspirar a las mujeres peruanas a salir adelante, me sentiré feliz, porque mi mensaje es que no nos rindamos, que no nos resignemos nunca, que si es necesario miren mi experiencia: empecé vendiendo panes en el colegio, opté por ser madre soltera y hacer de mi hija una motivación para salir adelante.

¿Tu objetivo en la vida es hacer dinero?Para nada. Mis objetivos son tres: cumplir como hija, cumplir como madre y cumplir con mi sociedad. El Perú es maravilloso, está lleno de oportunidades, y a mí me ha tocado el oficio de 'chifera'. Sí, soy 'chifera', y lo digo con orgullo.

AUTOFICHA

- Tengo 32 años: hay que lucirlos como diamantes. Nací en Chaclacayo. Mi papá es de Cantón; mi mamá, de Cusco. Mi papá no hablaba español. Usaron otros códigos (ríe).

- Soy la cuarta de diez hermanos. Como éramos varios, nos criamos entre nosotros. Tengo una hija de ocho años. Me casé, me separé, soy feliz (ríe).

- De chica era terrible, una ovejita negra, pero mi madre me enseñó a respetar las reglas. En el modelaje, en la tele, hay de todo y uno debe elegir lo bueno de lo malo.