notitle
notitle

Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

Mientras que en las calles mojadas estarán transitando, con destino a sus centros de trabajo, los otros 14 millones de trabajadores peruanos, ganándose la vida y pagando sus impuestos para financiar los sueldos de los que están en la planilla del Estado. Es decir, de aquellos privilegiados que reciben absurdos feriados.

Peor aún, esos feriados –solo para el Estado– significan que muchos privados verán interrumpido su trabajo ya que no atenderán en el ministerio ni en la municipalidad, tampoco en la Sunarp ni en la Sunat. Así que cualquier trámite o gestión tendrá que esperar hasta el miércoles cuando regresen los funcionarios.En realidad, cuando se anunció que el sector público tendría este año 20 feriados frente a los 12 del resto de ciudadanos, se intentó justificarlo diciendo que era una manera de incentivar el turismo interno. Viendo las lluvias e inundaciones en los noticieros, uno pensaría que serán pocos los viajeros ya que sería un tanto arriesgado.

Por otro lado, los que están a cargo argumentarán que no se podía pronosticar que en febrero habría desbordes y huaicos. Siendo este mes el pico de la temporada de lluvias, es como decir que no pensaban que en La Herradura habría olas que se llevarían la arena que recién se había echado. Otra brillante muestra de planificación en las entidades del Estado.

Al final de cuentas, el país perderá cientos de millones debido a que el sector público estará, durante 48 horas, innecesariamente paralizado, pero nadie se responsabilizará por la pérdida que se ha ocasionado.

Incluso, no sería raro que el próximo año repitan el plato, ya que se habrán acostumbrado al fin de semana largo un millón de burócratas que, sin ese descanso, podrían quedar estresados.