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Redacción PERÚ21

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Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

Así tenemos que, lejos del ensordecedor ruido político que está generando la izquierda al tratar de retomar el control del Gobierno a la fuerza, la economía siguió avanzando con las ventas de cemento y aumentó 16% solo en el último mes, mientras que los créditos hipotecarios se incrementaron en 20% durante ese mismo lapso.

Por ello, no es sorpresa que los precios de los departamentos en Lima se hayan duplicado en los últimos cinco años. No es más que una señal adicional de que estamos realmente prosperando.

En realidad, las alarmantes escenas de violencia en Espinar o Cajamarca, así como la decepcionante actitud de alcaldes, presidentes regionales o parlamentarios, mintiendo y azuzando a los habitantes de sus regiones para que se autoflagelen destruyendo sus comunidades, pasan a segundo plano ante la evidencia del entusiasmo con que la población trabaja para lograr lo que está buscando. Más aún, los gestos, la retórica y los ataques de los radicales parecen irreales, como salidos del pasado.

Incluso, en estos días parecía que estábamos en una obra de teatro en la cual en la sala está prendido el televisor con imágenes de los años de terror, como si estuvieran mostrando una vieja película de Sendero, mientras alrededor los miembros de la familia continúan empeñosamente estudiando y laborando.

Al final, esa sensación de irrealidad que dan esos intentos de asonadas nos devuelve la tranquilidad. Porque refuerza nuestra confianza de que, ante las aspiraciones de la inmensa mayoría de peruanos, los grupos extremistas detrás de la violencia y destrucción no tienen ninguna posibilidad frente al electorado. Simple y llanamente, el revanchismo no tiene demanda en el mercado electoral peruano.