Tome en cuenta las opiniones y sentimientos de sus hijos. No decida sin consultarles.
Tome en cuenta las opiniones y sentimientos de sus hijos. No decida sin consultarles.

Redacción PERÚ21

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En la niñez suele darse una situación crítica: muchos padres, preocupados por el desarrollo de sus hijos, deciden, en determinado momento, que ya no es hora de jugar con juguetes. Sin embargo, esta situación resulta traumática para los hijos.

"El caos sobrevino cuando mamá consideró que el tiempo de los juegos primigenios debía llegar a su fin", escribe Lorenzo Helguero en el poema Toy Story. "Enorme e invencible, mamá elegía al azar algún objeto y, luego de examinarlo cuidadosamente, lo dejaba en su sitio o bien lo arrojaba a las llamas de la despedida. Permanecieron incólumes el Hombre Araña, el robot a pilas, los soldados de plástico; no corrieron igual suerte el elefante amarillo, el perro de ojos de cartón y el topo risueño, que ni en esos momentos dejó de sonreír".

Liliana Tuñoque, psicóloga de la Clínica Internacional, considera que no es saludable que los padres decidan qué juguete se queda o no, ya que puede representar un duro golpe emocional. "Cada niño le otorga un significado especial a cada juguete. Por más que los padres conozcan bien a sus hijos, nunca sabrán el valor que cada objeto tiene para ellos", asegura la especialista. "Si vemos que es necesario ordenar, guardar o deshacerse de algunos juguetes, hay que coordinar con los hijos. Nunca debe ser un acto arbitrario", sentencia.