Juan de la Puente (USI)
Juan de la Puente (USI)

Redacción PERÚ21

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Después de que el Ministerio de Educación anunciara descuentos a los maestros en huelga y que el Ministerio del Interior dijera que un grupo de ellos tiene influencia del Movadef, hoy, esos docentes en protesta serán recibidos por el mismísimo presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, en la Casa de Gobierno. El politólogo Juan de la Puente analiza las implicancias de esa decisión.

¿Es correcto recibir a los maestros huelguistas en Palacio de Gobierno?

- Que el gobierno tenga un diálogo político y social es correcto. Pero un diálogo tiene que tener método, y forma parte del método la convicción de que el presidente no debe ser un gestor de conflictos, porque su papel es el de un garante. Creo que en el asunto de la huelga magisterial, la primera opción del diálogo es la que le corresponde al Ministerio de Educación. Sacar el diálogo de allí es un error de método, político y de procedimiento sindical porque, además, extrema la politización de la huelga, que es precisamente la principal imputación que le hace el gobierno a la huelga.

¿Se puede agravar la crisis con los docentes?

- Cuando el presidente gestiona conflictos se convierte en un polo de atracción de los mismos. Y, entonces, desestabiliza, desautoriza y relativiza el papel de sus ministros.

¿Ha desautorizado a la ministra de Educación?

- Lo primero que hace es politizar una huelga que ya estaba politizada, porque el presidente tiene una función política.

O debería tenerla.

- Claro (risas). Que lo haga bien o mal es otra cosa. Segundo, relativiza el papel del Ministerio de Educación. Tercero, el diálogo legitima a una dirigencia radical. Yo no entiendo cómo el ministro del Interior dice que había detectado que Abimael Guzmán dirigía el Movadef y a ese grupo se le hace después una mesa de diálogo en el Cusco y, encima, se le invita a Palacio de Gobierno.

¿Con el diálogo se puede legitimar la violencia?

- Para ser sinceros, no ha sido especialmente violenta esta huelga respecto de los conflictos sociales del pasado donde incluso se ha tenido muertos. El cargo principal que se le hace a la huelga es que no toma en cuenta el derecho de los estudiantes a estudiar, que plantea demandas salariales exageradas y que no considera como punto a discutir el asunto de la reforma magisterial. Por lo tanto, es una huelga absolutamente economicista. Desde ese punto de vista, invitar a Palacio de Gobierno, en el fondo, es una especie de legitimación social del Movadef.

Pero Movadef es, para el Ministerio del Interior, Sendero Luminoso (SL).

- Sobre todo porque la huelga magisterial descubre elementos de un problema político que no había salido a flote. Es curioso porque ninguno de los partidos tradicionales del Perú ni de la izquierda tradicional tiene una hegemonía entre los maestros del país. Ahí hay una ruptura.

Patria Roja, sin embargo, es quien domina el sindicato nacional.

- Sí, pero tiene dificultades precisamente en el sur del país. La segunda cosa que descubre esta huelga es la profunda brecha entre las expectativas salariales justas de los maestros y las demandas de calidad educativa. Este equilibrio se había manejado en los últimos años, pero ahora se ha roto. Hoy es más relevante el asunto del salario que la reforma. Y la tercera cosa que esta huelga desnuda es no solo la capacidad del Movadef de encabezar una huelga sino la aceptación de esa dirección de una masa muy importante de maestros.

La infiltración de grupos como el Movadef está en el magisterio desde hace varios años. ¿No se hizo nada?

- El radicalismo maoísta hoy es la fuerza más dinámica del movimiento sindical. Además, después de la derrota militar a SL, el crecimiento de la parte política y legal del senderismo es también responsabilidad del Estado, del sistema político y de los partidos políticos que no lo combaten. No se realiza un balance de la actitud con la que la democracia no ha sabido vacunarse a tiempo y, entonces, lo que tenemos hoy es un postsenderismo sindical, un postsenderismo social.

¿Adónde podría llevarnos?

- SL en su expresión social, es decir el Movadef, ya no es la antipolítica, es la contrapolítica, que es una fase superior en la que las mínimas reglas de juego institucionales se han roto, no existen o son sacrificadas desde una lógica ultrapopulista. La segunda cosa es que, en el asunto educativo, lo que nos puede traer el SL social, que es el Movadef, es una contrarreforma educativa. El principal efecto de esta huelga nacional es, quizá, la discusión sobre el fin de la reforma magisterial que hemos tenido en los últimos 10 años.

Y eso va contra las políticas del Estado.

- Claro, y si uno mira el contexto, este es un momento de ruptura, no es solo de diálogo. Creo que lo que nos merecemos es una discusión profunda de si va a seguir existiendo una reforma magisterial, si vamos a tener una contrarreforma educativa y si se va a instalar en los movimientos sociales una contrapolítica alimentada, desde el Estado, desde el gobierno, con este diálogo. Este conflicto magisterial entra a la lista de grandes conflictos sociales. Y yo creo que, al igual que los otros 15 anteriores, corre el riesgo de terminar en una capitulación del Estado.

Autoficha

  • "Soy abogado y politólogo. Egresado de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Enseño en la Universidad San Martín de Porres (USMP) Derecho Constitucional. Soy huanuqueño y aliancista".
  • "Sería un error decir que todos los maestros que están en huelga son senderistas o son radicales o son del Movadef. Por ahí no va la discusión, sino por la capacidad que tienen los maestros de aceptar una dirección política de esa naturaleza".
  • "Lo que hoy se está moviendo en el país es esa tercera mitad, disculpando a Euclides. Una mitad es del gobierno, la otra es del Congreso y la oposición, pero a la tercera mitad no se la ha tomado en cuenta y ha tomado su pedazo de calle y hoy está tomando su pedazo de diálogo".