ESQUIZOFRÉNICO. Junior Meléndez mató a la víctima con un cuchillo luego de una discusión. (David Vexelman)
ESQUIZOFRÉNICO. Junior Meléndez mató a la víctima con un cuchillo luego de una discusión. (David Vexelman)

Redacción PERÚ21

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Macabro escenario. Paredes cubiertas con diversas inscripciones, un total desorden y, sobre el piso, una mujer ciega degollada. El asesino: su propio hijo, Junior Michael Meléndez Quicaño (19), quien sufría de esquizofrenia.

El crimen ocurrió en la vivienda ubicada en la avenida Unión, Mz. D, lote 21, en el asentamiento humano Néstor Batanero, en San Juan de Miraflores. Marcelina Cisneros Quicaño (38), quien padecía de ceguera debido a una avanzada diabetes, comenzó a discutir con su hijo e, incluso, lo golpeó con un palo de escoba en la nariz.

Al verse sangrando, Junior Meléndez cogió un cuchillo de la cocina y, sin piedad, atacó a su madre. Finalmente, la degolló.

Su padre, Isidoro Meléndez, trató de encubrirlo y dijo a la Policía que un sujeto vestido de negro había ingresado a la casa para cometer el asesinato. Sin embargo, esta versión fue descartada por los investigadores debido a que ninguna puerta o ventana había sido violentada.

AGRESIVO Y VIOLENTOÁguida Sulca (53), tía de la víctima, contó que Junior Meléndez era muy violento. Incluso acostumbraba a golpearse la cabeza contra la pared y atacaba físicamente a su madre.

"Estudiaba en un colegio especial, y durante un tiempo estuvo en tratamiento psicológico. Pero, luego, sus padres lo retiraron", expresó.

Vecinos también señalaron que el muchacho tenía arranques violentos y que hace poco amenazó de muerte a su hermana Ivon Katherin (18).

Indicaron que, a veces, el joven era dejado encerrado en su vivienda, mientras que sus padres iban a una iglesia evangélica de la zona.

Además, acostumbraba escribir en las paredes de su casa las letras de canciones románticas y dibujar corazones con la inscripción 'tú y yo'.

SABÍA QUE

- Agentes de la Divincri de San Juan de Miraflores detuvieron a Junior Meléndez. Lo trasladaron hasta su casa para reconstruir el crimen.

- Durante la diligencia, el parricida confesó el asesinato y dijo que había reaccionado ante los golpes de su madre.

- La víctima, Marcelina Cisneros, trabajó hasta hace algunos meses como cambista. Dejó de laborar porque su diabetes no se lo permitía.