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Redacción PERÚ21

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Guillermo Giacosa,Opina.21ggiacosa@peru21.com

De aplicarse las amenazas a Irán –que forman parte del circo mediático–, llevarían el precio del barril de petróleo a 250 dólares o más. Prever las consecuencias de tal aumento sobre la economía actual crea un escenario de delirio. Nadie saldría indemne de esta situación a la que Israel quiere empujar a Estados Unidos y a la que se oponen, en voz baja, estamentos militares y agencias secretas de ambos países. Los que tienen capacidad de previsión consideran que es una locura. Y no solo por el precio del petróleo, sino porque Irán es una potencia militar armada con eficaces misiles rusos, un ejército intacto, 78 millones de ciudadanos, un extenso territorio, una posición geoestratégica compleja y muchos combatientes convencidos de que la muerte es un feliz tránsito hacia el paraíso.

Comparar los datos geográficos y demográficos de Irán e Israel, así como sus fuerzas armadas convencionales, permite dimensionar la catástrofe a la que se expone la región. Israel tiene 20,770 km2 y está rodeado por Egipto, la franja de Gaza, Líbano, Siria y Cisjordania. Su población es de 7.5 millones de habitantes, de los cuales 6 millones –alrededor del 75%– son judíos y el 25% (1.5 millones) son árabes musulmanes, cristianos y drusos. En Gaza hay 1.6 millones de palestinos; en Cisjordania, cerca de 2.3 millones de palestinos que no serán ajenos a un enfrentamiento. Avanzar en esta dirección es avanzar hacia una situación extrema e ingobernable.