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Redacción PERÚ21

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Mónica Delta,Opina.21mdelta@peru21.com

Si el gobierno no desfujimoriza su propia agenda es porque no hay liderazgos claros para abrir el debate nacional o porque está contando con esa movida para un futuro político cercano. Hay poderes subterráneos que se están acomodando en direcciones aparentes. Que hoy gran parte de la izquierda defenestrada de las cercanías del poder, encabezada por Javier Diez Canseco, junto a los padres y hermanos del mandatario, estén apuntando su dedo acusador hacia Nadine Heredia sobre las movidas en el Congreso y el retorno de Antauro a la Base Naval, nos indica que ya decidieron el 'blanco'. Creen, desde mi punto de vista ingenuamente, que si debilitan a la esposa del presidente tendrán alguna oportunidad en 2016. Lo que les debería llamar la atención sobre el pedido de indulto es la respuesta de Humala al diario El País, cuando asegura que su decisión "pondrá por delante el interés nacional". Estamos hablando, entonces, de decisiones de orden político, pues un indulto humanitario no tiene nada que ver con el interés del Perú. Estoy convencida de que las declaraciones de Mario Vargas Llosa, cuyas palabras retumbaron como una advertencia en el sentido de evitar "ensuciar su gestión con un indulto", fueron una inmediata reacción a lo dicho por Humala, quien también había dicho que "hay diferentes actores en este asunto que no tienen vela en este entierro". Si se está jugando o no para una eventual candidatura de Nadine Heredia, lo sabremos más temprano que tarde. Conoceremos, además, si conversaciones 'amicales' entre Santiago Fujimori y Fredy Otárola, por ejemplo, o reuniones recientes con perro, pericote y gato en casa de Marcial Ayaipoma, hombre fuerte de Toledo, solo fueron para hablar del clima o, en realidad, discutieron sobre el costo o beneficio de un indulto, cuya respuesta debería anunciarla el presidente antes de Navidad.