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Los ingredientes del bienestar

El fin de semana pasado tuve el gusto de trabajar con unos 100 jóvenes ejecutivos de toda América Latina. Una de las actividades que propuse fue determinar su nivel de satisfacción con la vida en una escala de 1 a 10. Resultado: un sólido y saludable 8 en promedio. Luego debían definir con una palabra aquello que más contribuye al grado de bienestar que sienten actualmente y con otra aquello que resta, que jala hacia abajo, que si no existiera estarían más felices aún.

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Fecha Actualización
Roberto Lerner,Espacio de crianzahttp://espaciodecrianza.educared.pe

El fin de semana pasado tuve el gusto de trabajar con unos 100 jóvenes ejecutivos de toda América Latina. Una de las actividades que propuse fue determinar su nivel de satisfacción con la vida en una escala de 1 a 10. Resultado: un sólido y saludable 8 en promedio. Luego debían definir con una palabra aquello que más contribuye al grado de bienestar que sienten actualmente y con otra aquello que resta, que jala hacia abajo, que si no existiera estarían más felices aún.

Las respuestas son bastante uniformes en ambos casos. La familia y la pareja alegran la vida, mucho más claramente que cualquier otra cosa, como el trabajo o los logros académicos, a pesar de encontrarse ellos en un momento de pleno crecimiento profesional y sin, salvo excepciones, las tareas de la parentalidad.

En cuanto a lo que abruma, rebaja y añade tonos grises (no me refiero a Christian grey, tema para otra columna), bueno, también es la familia, la pareja y, de manera considerable, la falta de tiempo. En este caso, es la lejanía de los seres queridos —la vida moderna nos pone cada vez con más frecuencia en otras ciudades o países—, la ausencia de pareja estable, una cierta soledad y la falta de espacios personales, que seguramente dedicarían a más familia y más pareja.

Es un dato que regresa una y otra vez, de manera machacona: lo que determina el nivel de satisfacción y bienestar de las personas de todas las edades, también de aquellas supuestamente centradas en el avance y ambición laboral, no es lo que pasa en el trabajo sino en el hogar, en el espacio de lo privado, para bien y para mal.