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Redacción PERÚ21

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Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

Lamentablemente no bien fueron elegidos los nuevos congresistas el tema fue encarpetado.

Más bien por el alto número de legisladores que arrastran procesos judiciales, que van desde homicidio culposo a peculado, parece que la protección con la que cuentan se ha convertido en un atractivo adicional para ser candidato. Sin duda, el que uno de cada 5 congresistas esté enjuiciado es un porcentaje desproporcionado. Aplicada esa proporción a la población significaría 6 millones de acusados, el Poder Judicial habría colapsado.

Asimismo, se mantiene la abusiva situación de que con la inmunidad un parlamentario puede enjuiciar a un ciudadano pero este no puede contrademandarlo.

En realidad, es evidente que la inmunidad ha derivado en impunidad y que la elección al Congreso para muchos es una manera de evadir a la justicia evitando ser procesados. Por eso, hay congresistas que fueron elegidos teniendo 7 u 8 procesos abiertos. En estos casos lo más probable es que no reportaron su situación al Jurado, por lo que debemos asumir que el electorado que los eligió no estaba enterado.

Por otro lado, no conocemos de congresistas en los últimos 10 o 15 años que hayan requerido de la inmunidad para llevar a cabo su trabajo o que hayan sido amenazados con ser procesados. Es una protección abierta de la cual se están aprovechando quienes no debieron pasar la valla cuando postularon.

Por ello se debería eliminar la inmunidad automática de la que gozan los legisladores y reemplazarla por un esquema de otorgamiento temporal de protección individual al que lo solicita para presentar una denuncia específica. De esa manera se limpia el Congreso de prontuariados sin afectar la labor de fiscalización que deben realizar los buenos parlamentarios.