MADRID (Agencias).– El Gobierno español decidió ayer imponer a los bancos provisiones adicionales por 30 mil millones de euros y la separación en sus balances de sus activos inmobiliarios tóxicos.
Estas entidades financieras cargan ya con un pasivo de 184 mil millones de euros de activos problemáticos (créditos de dudoso reembolso e inmuebles confiscados).
Tras la medida, el presidente del BBVA, Francisco González, vaticinó que solo quedarán en España entre cinco o seis bancos privados grandes y otras tantas instituciones de tamaño mediano.