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Redacción PERÚ21

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Enrique Castillo,Opina.21ecastillo@peru21.com

Culpar al pasado y a los gobiernos anteriores de todos los males que hoy enfrenta pudo haber sido un buen recurso al inicio de su gobierno, pero luego de estar al frente del Ejecutivo durante casi año y medio, suena solo a justificación.

El tiempo transcurrido ha sido suficiente, no para resolver los problemas, pero sí para conocer realmente la dimensión de los mismos y plantear las soluciones. Sin embargo, no tenemos ninguna de las dos cosas en muchos de los temas más sensibles para la población.

Pongamos solo un ejemplo, el de la inseguridad ciudadana, que fue puesto sobre la mesa por el mismo Jefe de Estado como el de máxima prioridad.

Al inicio de su gobierno se puso personalmente al frente del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana, dispuso una poda en el Ministerio del Interior, exigió resultados a los generales en 60 días, y hoy, año y medio después, nos dice que ahora están analizando la posibilidad de crear una Dirección Nacional de Seguridad Ciudadana al interior de la Policía Nacional. Es decir, volvemos a fojas cero.

En su intento de que todos sepan que él gobierna, también quiso dejar claro que todos se equivocan menos él, que todos tienen la culpa de todo lo malo que pasa en el Perú menos él, porque no hubo ni una sola autocrítica, ni un solo reconocimiento de algún error, de algún exceso, de algún temor, de alguna duda, nada.

Prefirió culpar a su primer Gabinete –él mismo lo escogió y dirigió seis meses, ¿no lo entendieron?, ¿no le hicieron caso?, ¿el actual es mucho mejor?– al Poder Judicial y al Congreso –con su bancada y todo– y al Ministerio Público.

Quizás un poco de humildad no le vendría mal al presidente.