Foto: César Fajardo.
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Redacción PERÚ21

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Ricardo Badani,SexólogoAutor: Gonzalo Pajares.gpajares@peru21.com

Ya está en los quioscos la revista Badani. Sexualidad de bolsillo, donde Ricardo Badani responde las inquietudes sobre sexo que le hacen sus muchos seguidores. Acompañado por dos de sus seis esposas, hablamos de erotismo.

Vargas Llosa dice que el erotismo se ha banalizado…No solo se ha banalizado, se ha comercializado. El sexo se ve como una mercancía. Como usted sabe, soy hinduista y, para nosotros, el sexo es sagrado. Trabajamos por la resacralización del universo: que las personas vuelvan a ver su mundo, su contexto, su vida y su sexualidad como algo sagrado.

¿Pero usted no es un ejemplo de la banalización del sexo?La ignorancia es atrevida. Y no es una banalización porque asumo una responsabilidad. El mujeriego es el hombre que está con una mujer y la deja, esta con otra y la deja, no conserva sus mujeres. Con mi primera esposa llevo 32 años. Con las seis tengo un feliz matrimonio. Mi situación no es nada banal.

¿Por qué el comercio afecta al erotismo?Porque una mercancía es algo que se compra y se vende. Y si yo compro y vendo sexo, eso se llama prostitución. Y la prostitución no es amor, es comercio. Yo no tengo nada contra ella, para mí es un comercio inculto, y yo no voy a venir a hacer críticas morales, pero no son lo mismo comercio y amor. Si la persona desea un placer animal, puede recurrir a una prostituta y punto, pero si queremos hablar de una relación sexual, para que esta sea 'relación', debe ser humana, y para ser 'humana' debe tener un sentido. Hoy, la falla está en que la relación humana no se puede dar porque no hay palabra, porque no hay responsabilidad, y la persona no quiere compromiso. Hoy abundan los 'lonos': un cruce de loros con monos. Estos dicen las palabras, hacen los gestos, pero no saben ni lo que dicen ni lo que hacen. Para que haya una relación humana debe existir un sentido de compromiso, una continuidad, una proyección a futuro. Si solo es un presente grato, es un ejercicio masturbatorio, un vibrador sin pilas, un acto mecánico y animal.

El erotismo, entonces, tiene una ética…Por supuesto. ¿Acaso no es lo mismo sexo que vida? Para los griegos, Eros es vida. Freud mismo dice que las dos corrientes que generan la libido son el Eros (impulso de vida y de disfrute) y el Tanatos (el impulso destructivo). Mientras más reprima el erotismo, más violencia tendrá. En cambio, si se llena de Eros y solo deja un conchito para el Tanatos, la vida será mejor. En esto no solo hay ética, hay un sentido práctico. Hoy todos hablan de ecología. ¿Y qué hay de la ecología humana, donde el hombre sea el macho y la mujer la hembra? Somos mamíferos pero estamos viviendo como insectos.

Erotismo es arte…Lo es. En la introducción al Kamasutra, Vatsyayana dice que el erotismo es la sexualidad llevada al nivel de arte. ¿Qué nos hace humanos? ¿La inteligencia? Los animales la tienen. ¿El lenguaje? Los animales lo tienen. ¿La estructura social? Los animales la tienen. ¿Las herramientas? Hasta los animales las tienen. Lo que nos hace humanos es nuestra capacidad para hacer arte, para buscar la belleza, y esta proviene del erotismo. Un animal no pude crear arte; nosotros, sí. Cuando convertimos nuestra sexualidad animal en arte, recién hablamos de erotismo.

El erotismo es vida, el erotismo es arte. ¿Qué más es el erotismo?¿Quiere más que la vida y el arte? El erotismo es felicidad, alegría; una mente limpia, clara, sana. El erotismo es inteligencia. Una persona con taras eróticas tiene taras de aprendizaje; una persona con taras eróticas tiene neurosis; una persona con el mecanismo de placer deteriorado no puede tener una mentalidad sana.

¿El amor es exclusivo y excluyente?Al contrario, es inclusivo e incluyente.

¿Por qué no deja, entonces, que sus esposas extiendan su amor hacia otras personas?Acaba de expresar sus propias taras. Ellas y yo hemos asumido nuestros compromisos libremente. Vivimos un ejercicio de plena libertad.

¿Esta libertad implica amar a una persona del mismo sexo?Hay algo que se llama lo natural. Yo soy de los que, a pesar de lo que diga la Organización Mundial de la Salud, considera la homosexualidad como una neurosis. Si me siento una mujer en un cuerpo de hombre –y viceversa–, tengo un conflicto. Este conflicto genera angustia, y con este conflicto, a menos que acepte mi sexo natural –el género, según la RAE, es para los animales y las palabras–, voy a tener un conflicto irresoluble, y esta es la definición de neurosis. El homosexual tiene una neurosis de angustia. El amor con alguien del mismo sexo significa que algo está desequilibrado porque, a menos que usted me diga que sabemos más que la naturaleza, yo defino como sano lo natural, y como bueno lo natural. Lo que se aparta de la naturaleza no es ni bueno ni sano. Y, en la naturaleza, cada ser busca al sexo opuesto.

AUTOFICHA

- Tengo 60 años. La vida ya no es una proyección a futuro. Hoy se impone el mercantilismo, el mundo de los insectos: consumir, producir, consumir, producir.

- He dictado charlas en todas las universidades –San Marcos, Ricardo Palma, Villarreal, San Cristóbal–, menos en la Católica. ¿Por qué será?

- Tenemos taras terribles hacia el sexo que impiden que nuestro mecanismo de placer funcione bien. Vamos hacia el Tanatos y no hacia el Eros. Por eso la violencia y el caos.